Como sucede en cada cambio de administración, ya sea federal, estatal o municipal, las autoridades entrantes ponen su sello personal en documentos, vehículos, edificios oficiales y un sin número de objetos; ordenan que el logotipo de la nueva administración sea el que prevalezca, eliminando en su totalidad todo vestigio de la anterior.
Dándose el lujo de eliminar cientos de miles de documentos como hojas tamaño oficio, de máquina, y folders, mismas que simplemente desechan, por contener impreso el logotipo anterior, inclusive ni siquiera se reutilizan como papelería reciclable, pues puede ofender al nuevo alcalde, por no portar su sello de “armas” de la casa en turno.
Pero no solo, es papelería e insumos administrativos los que se desechan, también se renuevan la totalidad de los logotipos en los vehículos oficiales, incluyendo en edificios y en cada una de las dependencias municipales cambian el micro perforado y vinil impresos en los vidrios y ventanas de dichas oficinas.
Este por demás gasto inútil, se autoriza al principio de cada administración entrante, pues en los primeros días (Horas) de asumir el poder, impone el logotipo de la nueva administración, como si se tratara de un asunto de imperiosa necesidad, derrochando cientos de miles o millones de pesos, en el EGO logo del Presidente, Gobernador o Alcalde en turno.
Tal derroche de recursos públicos, se debe evitar pues no se justifica, en virtud que los tres niveles de gobierno poseen su logotipo oficial que los identifica como autoridad, es decir, el gobierno federal utiliza el escudo nacional en todos sus documentos y vehículos oficiales, el gobierno estatal posee el escudo de armas de la entidad federativa que representa y por último el gobierno municipal también utiliza su escudo oficial correspondiente.
El querer imponer un logotipo personal, no es otra cosa que EGO, ignorando o más bien despreciando las necesidades básicas del pueblo. Muchos recordamos en la administración del Presidente Fox, su famoso logo, conocido como el “águila mocha” mismo que costó millones de pesos.
Pero una vez que terminó la administración de Fox, desapareció por arte de magia, cómo se han eclipsado, los demás; a excepción del “monolito” de solidaridad ordenado por Salinas de Gortari, (1988-1994) que a la fecha permanece en muchas carreteras a nivel nacional ejemplo, antes de llegar a la cuchilla, autopista Torreón- Saltillo.
México cuenta con 2471 municipios, (*fuente Inegi) urge legislar tanto despilfarro gubernamental a nacional. La actual administración de Román Cepeda, no sólo impuso su logotipo personal, (por cierto horrible) ahora ha invadido de bolardos los semáforos y cruceros más transitados, si bien es cierto que los mismos tienen su función de prevención y guía vial, a primera vista proyectan publicidad del logo oficial del ayuntamiento; los cuales serán retirados en la inmediatez, al fenecer la administración actual… Al tiempo.