Mientras las calles de las capitales de occidente se llenan de ciudadanos que exigen el alto al fuego, Taher El-Nounou, vocero de Hamas, declaró desde su oficina en Qatar: “Espero que el estado de guerra con Israel se vuelva permanente en todas sus fronteras” (“Behind Hamas’s Bloody Gambit to Create a ‘permanent’ State of War”, The New York Times, 8 de noviembre).
En Hamas no parecen muy preocupados por la suerte horripilante de la población civil de Gaza, como ya sabía cualquiera que esté al tanto de los “escudos humanos”, de los que curiosamente se habla poco en la prensa en español, a pesar de que son la clave para situar, en su justa dimensión, esas imágenes espeluznantes de los civiles, niños, jóvenes y adultos que mueren en los bombardeos del ejército israelí. Hamas impide que la población civil de Gaza se ponga a salvo de los bombardeos, no los dejan irse de la zona donde caen las bombas. Pueden comprobar esta realidad en diversos medios, por ejemplo en el diario inglés The Guardian (“What is a human shield and how has Hamas been accused of using them?”, 30 de octubre), en el diario The New York Times (“What the Laws of War Say About Forced Displacement and ‘human shields’”, 19 de octubre), en el portal, en español, Infobae, que publicó el 7 de noviembre un audio en el que se oye a un miembro de Hamas explicando cómo retienen a los civiles para que no puedan irse de las zonas que el ejército israelí va a bombardear, o en la declaración en la que António Guterres, secretario general de la ONU, dijo este 6 noviembre: Hamas “usa a los civiles como escudos humanos”.
El asunto es crucial porque en esa imagen infame, insoportable, del niño lleno de sangre entre los escombros que dejó un proyectil del ejército israelí, lo decente es hacer la lectura completa: el proyectil hace esos estragos porque Hamas no deja que los civiles se pongan a salvo, de otra forma el número de muertos sería mucho menor, y las imágenes menos lacerantes. Conviene pensar en esto, y en la declaración del líder de Hamas, antes de ponerse a juzgar esta guerra llena de matices y complejidades.