Me siento mejor que mi entorno.
Florestán
En la película The Vice es central cuando Dick Chenney acepta a George W. Bush ir en su fórmula como candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos, que siempre ha sido un cargo protocolario, pero se lo condicionó a tener injerencia y mando, lo que no había tenido nadie en ese cargo, y lo logró.
Este caso lo quiero traer al gobierno de la 4T, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador designó a Marcelo Ebrard secretario de Relaciones Exteriores, con atribuciones crecientes que ese cargo no tenía, y no porque él lo haya exigido, sino porque así se lo ha concedido su jefe, lo que lo hace el más destacado de un gabinete de más sombras que luces.
Ebrard se estrenó encabezando aquella misión de alto nivel que viajó a Nueva York para comprar de urgencia 500 pipas ante la escasez de combustibles que se atribuyó al huachicoleo.
De ahí pasó a la participación en cumbres exclusivas para jefes de gobierno, López Obrador no quiso ir a ninguna, como el cerrado G-20, donde se reunió con los líderes de las mayores economías del mundo, y luego en la aún más selecta de la APEC, que agrupa a todos los países de la Cuenca del Pacífico, donde de nuevo tuvo ese roce con los gobernantes del principal mercado global.
Al estallar la crisis migratoria y la amenaza de Donald Trump de establecer aranceles progresivos a las exportaciones mexicanas, lo evitó con un doble vuelco: cerrar la política migratoria mexicana de brazos abiertos y movilizar 24 mil soldados para detener el paso de miles de migrantes hacia Estados Unidos.
En los hechos, asumió esa facultad de Gobernación, así como en la negociación del T-MEC, de la que sacó a las secretarias de Economía, Energía y Trabajo. También participó en el tema del trasiego de armas y drogas.
Y atendió desde la muerte y conflicto familiar de José José, al capítulo Evo Morales, su entrada y su salida. Ebrard se ha convertido en The Vice lo que no sé si le alcanzará, tiempo y circunstancias, afecto y resultados, para quitarle ese prefijo a esa su vicepresidencia para 2024.
RETALES
1. CONFLICTO. No son las mejores las relaciones entre la secretaria Rocío Nahle y Octavio Romero, pero así ha sido siempre entre los titulares de Energía y Pemex;
2. BRUJAS. Como si Morena, que sigue en modo PRD, no tuviera bastantes conflictos, ahora su Comisión de Honor y Justicia se enfrentó a Ricardo Monreal para que saque de su bancada en el Senado a Lilly Téllez, lo que el zacatecano ya les bateó. Qué necesidad de buscar más conflictos cuando no pueden con los que tienen; y
3. BONILLA. Además de los escándalos de corrupción en el gabinete de Jaime Bonilla a menos dos meses como gobernador de Baja California, le viene el golpe de enero, cuando la Corte declare la inconstitucionalidad de la reforma que le dio otros tres años de gobierno. La Constitución es primero, será el argumento.
Nos vemos mañana, pero en privado
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