Naomi Klein, periodista, escritora, activista canadiense, escribe en 2007 su libro “The Shock Doctrine”, (La doctrina de Choque).
En este libro, Naomi Klein hace referencia a un programa de la CIA de los años 50s, auspiciado por McGill University, ejecutado por el doctor Ewen Cameron, en el cual se utilizaban brutales tratamientos de electrochoques en pacientes con algún problema mental, incluso menor, para intentar “lavarles el cerebro”, vaciarlos, para después intentar meterles nuevas ideas en su cabeza, como si los volvieran a llenar con nuevos pensamientos, como si fueran discos duros, o usbs, lo cual por supuesto no funcionó y hace referencia a ello porque es la misma terapia de shock que los gobiernos neoliberales, hoy llamados libertarios, como el del dictador Augusto Pinochet antes y hoy en día el del señor Javier Milei, imponen en sus países para tratar de borrar los sistemas Keynesianos, o progresistas para imponer el modelo neoliberal, hoy libertario.
Menciona Naomi que, al tratar de entrevistarse con una de las víctimas sobrevivientes a dichas terapias, pensaba decirle que: “Estoy escribiendo un libro acerca del choque. Acerca de cómo los países son golpeados y convulsionados – por guerras, ataques terroristas, golpes de estado, o desastres naturales. Y entonces como ellos son golpeados y convulsionados otra vez – por corporaciones y políticos que se aprovechan del miedo y la desorientación de la primera convulsión para impulsar e imponer una terapia de choque económico. Y entonces cómo la gente, que se atreve a resistir a estos choques políticos, son si es necesario, choqueados o convulsionados por una tercera ocasión – por la policía, soldados, e interrogatorios en la prisión.” (“The Shock Doctrine”, Maomi Klein, Picador, USA, 2007, pag. 30) (La traducción es nuestra)
Esto fue en efecto lo que sucedió y se impuso en Chile cuando se dio el golpe de estado en contra de Salvador Allende. Así como los electrochoques, de la misma manera se asesinó brutalmente al presidente Salvador Allende y se asesinó también por lo menos a treinta mil personas, para que, estando todo el país atemorizado, se lograran imponer las ideas neoliberales, hoy libertarias, inspiradas por las enseñanzas de Friedrich Von Hayek y Milton Friedman, de los entonces llamados Chicago Boys, en beneficio de las corporaciones y de un pequeño grupo oligárquico de Chile.

Lo mismo esta sucediendo hoy en Argentina, pues se encuentra actualmente convulsionada por una profunda inflación y una difícil situación económica, ocasionada en parte por el presidente Mauricio Macri y el propio Fondo Monetario Internacional, que permite entonces la llegada de Javier Milei quien aprovechando todo ello ha dicho abiertamente que los cambios que prometió los llevará a cabo en forma rápida, incluso ha utilizado la palabra “choque”, aprovechando el bono democrático que logró en las pasadas elecciones.
Así, mientras el pueblo argentino está conmocionado, Milei aprovechará para vender rápidamente a la oligarquía local y a las grandes corporaciones extranjeras, los recursos naturales que corresponden al pueblo argentino, como el petróleo, el gas, el agua incluso y recursos minerales, en los cuales Argentina por su extensión es un país enormemente rico, así como también intentará entregar la soberanía monetaria de su país a la Reserva Federal de los Estados Unidos, dolarizando su economía, terminando de una vez por todas con el peso argentino. Y si alguien se llega a oponer a ello, como dice Naomi Klein, serán objeto de un tercer golpe o choque por intentar evitarlo a través de persecución y represión. Eso mismo ya también sucedió en Argentina en la época de la dictadura militar de Jorge Rafael Videla.
El problema es como dice Naomi Klein que “Friedman enmarco su movimiento como un intento de liberar al mercado del estado, pero el mundo real registra que lo que sucede cuando esta visión purista se lleva a cabo es muy diferente. En cada país en donde las políticas de la Escuela de Chicago han sido aplicadas en las últimas tres décadas, lo que ha emergido es una poderosa alianza dirigente entre unas pocas muy grandes corporaciones y una clase en su mayoría de políticos ricos – con una línea difusa y siempre cambiante entre los dos grupos.” Op. Cit. Pag. 18. (La traducción es nuestra)
Ojalá las fuerzas progresistas y la sociedad civil eviten esta terapia de choque que se pretende infligir en la economía y al pueblo de Argentina.