No es que el Presidente esté en contra de ella, ni que vulnere la libertad de expresión ni que la ataque, solamente es un padre como cualquiera de nosotros que defiende a su hijo en forma natural.
Me parece que no es fácil atacar al presidente pues es un hombre que ha dedicado su vida al servicio público basándose para ello en una actuación honesta que es su mayor capital político y que claramente lo ha distinguido del resto de la clase política.
Ante la imposibilidad de encontrarle cola que le pisen, Aristegui enfiló su arsenal, su colmillo que arrastra hasta el suelo y toda su capacidad histriónica en contra del hijo del presidente López Obrador. Ello me parece ilegítimo y deshonesto, pues trata de lesionar la figura del primer mandatario, y para ello busca las partes blandas, le mete golpes debajo del cinturón diríamos en términos pugilísticos, con alevosía y ventaja pues se utilizaron recursos y tecnología como drones y además echa montón con El Chacal del periodismo, acérrimo enemigo del primer mandatario y eso como diríamos los mexicanos, pues si calienta.
Esto lo vemos también en la naturaleza cuando las hienas y otros carroñeros arremeten en contra del cachorro del león en su ausencia, o, para los jóvenes, es como cuando Scarf trata de eliminar a Mufasa utilizando a Zimba.
Es ruin e indigno que para lesionar a una persona se busque golpear o utilizar a sus hijos, los que somos padres comprendemos el agravio que eso significa, a cualquiera de nosotros nos hubiera lastimado y enfurecido gravemente, ella misma es madre y nadie puede ni debe tocar a su hijo sino para felicitarlo por los éxitos de su mamá, diciéndole que tiene que estar muy orgulloso de su madre, aún y cuando no lo creamos así.
Eso simplemente no es el ejercicio de la libertad de expresión, la libertad de expresión encuentra su límite en el abuso del derecho, esto es cuando uno ejerce su libertad de expresión con el exclusivo fin de causar daño a otra persona.
Incluso hasta en las mafias más violentas tienen un código de respeto a sus respectivas familias, por ello es natural la indignación, Aristegui abusó del derecho a la libre expresión, y el colmo es que ahora después de aventar la piedra obtiene la respuesta natural del padre de familia agredido y ella ahora se victimiza.
No ha logrado sino dos cosas: fortalecer al presidente y desprestigiarse a ella misma despidiéndose de un periodismo honesto e imparcial al que aspiran y merecen todos los mexicanos.
Adiós Aristegui.
Mtro. Jesús Torres Gómez.