Implacable, el covid-19 rebasará este sábado los tres mil fallecimientos en Nuevo León mientras muchos regiomontanos ya planean dónde y cómo darán el Grito de Independencia el próximo martes, como lo hacen millones de mexicanos cada año en todo el país.
Han pasado seis meses desde que el llamado paciente cero fue diagnosticado como positivo en San Pedro Garza García y semanas después todo el mapa metropolitano se pintó de covid.
Los incrédulos y resistentes a usar el cubrebocas porque no conocían “a nadie con covid” decidieron usarlo cuando vieron de cerca la muerte en un vecino o el familiar de un compadre que salió de casa rumbo al hospital y regresó en calidad de cenizas de una funeraria.
Pero cómo frenar los contagios en una cultura mexicana que es festiva hasta con la muerte: ya está a la venta por todas partes el pan de muerto para que, de acuerdo a la tradición, se coloque en los altares dedicados a los difuntos a manera de ofrenda.
Irreverentes hasta con las tradiciones propias, ya miles de paladares en todo el país degustan el pan de muerto sin haber dado siquiera el Grito de Independencia, todo sea para sentirnos muy mexicanos, muy festivos, pero sobre todo para dejar en claro que por encima de cualquier amenaza, primero están las tradiciones que nos dan identidad y carácter nacional.
¿Quién será capaz de frenar este 15 de septiembre las celebraciones del Grito de Independencia en miles, millones de fiestas familiares, de amigos, de compadres, de compañeros de trabajo que por fin tendrán ocasión de gritar que son mexicanos, pero sobre todo para celebrar que siguen vivos?
Desde que comenzó la contingencia por la pandemia, no habíamos tenido ninguna fecha festiva tan importante como la del 15 de septiembre, que este año será distinta porque en Nuevo León, como en el resto del país, la gente no saldrá a las plazas a festejar la Independencia de México.
Pero con más de seis meses de encierro, de guardar distancia y de usar cubrebocas, pocos resistirán la tentación de liberar sus gargantas para gritar a voz en cuello vivas a México y a los héroes que nos dieron Patria.
Lo peor es que, después del tercer tequila… dirán de nuevo que el covid no existe.