Política

Del vamos muy bien al estamos muy mal…

  • Panóptico
  • Del vamos muy bien al estamos muy mal…
  • Javier Sepúlveda

¿En qué momento la pandemia del covid-19, que parecía llevar un descenso sostenido en Nuevo León durante las últimas semanas, nos dio la vuelta y nos tiene de nuevo contra las cuerdas?

Es muy sencillo culpar al Presidente, al gobernador, a los secretarios de Salud, a los directivos de los hospitales, a los médicos en general, pero como sociedad nos quedamos a medias, porque solo les exigimos resultados a los profesionales de la salud.

Penoso es ver que, en pleno siglo XXI, con los máximos avances en materia de comunicación, de tecnología digital, de cibernética, seamos tan malos para innovar en modificaciones tan simples en el entorno, que podrían hacer la diferencia en una pandemia como la que enfrenta hoy todo el planeta, porque es injusto esperar todo de los médicos y los investigadores que desarrollan, a contrarreloj, las vacunas contra el SARS CoV-2.

Y tampoco se trata de politizar un asunto tan grave y complicado, pero si lo dicho el miércoles por el secretario de Salud, Manuel de la O, en el sentido de que los alcaldes no han aplicado mano dura en la prevención del covid porque se acercan las elecciones es cierto, estaríamos ante un acto de negligencia criminal, aunque difícil de probar.

Pero también es grave que, ante la impotencia derivada de los malos números, que van al alza en contagios, fallecimientos y hospitalizados, el gobierno estatal anuncie que ahora sí van en serio con la fuerza pública para disuadir reuniones, fiestas y demás aglomeraciones de personas.

La delgada línea roja de la represión, confundida con disuasión, se hará presente en todas las corporaciones policiacas que serán utilizadas, en teoría desde este fin de semana, para disolver fiestas y reuniones.

Porque sin tener encargos específicos de actuar contra los civiles, elementos de la Policía estatal mataron hace algunas semanas a dos albañiles potosinos y de ahí para abajo, los abusos policiales contra los ciudadanos están ampliamente documentados en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Echar mano del último recurso de contención, que es la fuerza pública, parece más un signo de desesperación que de estrategia, luego de que ni siquiera nos dimos cuenta cuando pasamos del vamos muy bien al estamos muy mal. La última esperanza es esperar la llegada de una vacuna efectiva.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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