El proceso de selección de los nueve precandidatos de Morena para Ejecutivos locales; y el de Movimiento Ciudadano (MC) en Jalisco, dejan obligadas reflexiones. Para empezar, resulta lamentable que encuestas, o el viejo expediente de los “candidatos de unidad”, sustituyan procesos internos con debates y votación directa. Si aplicar encuestas puede resultar más oneroso que organizar una elección interna, se recurre a ellas no porque se carezca de recursos, sino por su incapacidad de practicar a su interior la democracia que exigen en elecciones constitucionales.
En ambos partidos existe la duda fundada de si la paridad de género la aplicaron, no solo en términos cuantitativos (cuatro hombres y cinco mujeres), sino con apego a los criterios cualitativos de competitividad, para “garantizar que las mujeres compitan en los espacios con mayor posibilidad de triunfo”; y, el de alternancia “respecto al género postulado en la última elección para la gubernatura, cuando el cargo haya sido ocupado por un hombre”. Si Morena los hubiera respetado, Tabasco, Chiapas, y Puebla, hubieran sido para mujeres. Y, para hombres Jalisco y Guanajuato, por baja competitividad; y la Ciudad de México por la alternancia, ya que en la elección pasada fue electa una mujer que ocupó el cargo.
En el caso de Jalisco, la asignación de la precandidatura al partido de la coalición que en la elección pasada obtuvo el 3.2% de la votación, escapa a toda lógica, en vez de darla al partido mayoritario de la coalición, en este caso Morena, que obtuvo el 33.7 % de la votación. Y, otorgar el principal Ayuntamiento al partido que logró el 4.2% de la votación, es igualmente absurdo. Lo menos que puede decirse es que ese acuerdo fue raro.
Por lo que respecta a MC debe recordarse que fue el único partido que no adaptó sus documentos básicos al principio de paridad sustantiva; y el único también que impugnó el Acuerdo del INE, y que el TEPJF lo ratificó. En esa tesitura, no es de extrañar que en abierta rebeldía postulen a un hombre, cuando debe ser una mujer, tanto por ser Jalisco el estado en el que mayor votación tiene, como también porque el anterior candidato, y actual gobernador, fue hombre.
Así entonces, algunos de esos precandidatos(as) están prendidos con alfileres. A mediados de febrero próximo, cuando el INE revise si los Partidos aplicaron correctamente los criterios cualitativos de la paridad sustantiva pueden cambiar. Ya veremos, dijo el ciego.