Mientras el pasado domingo en Argentina se realizaron sus elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO); en nuestro país, ayer se dio a conocer que, para pasar a la siguiente fase del Frente Amplio por México (FAM), solo quedan una priista, un panista –que actuarán como comparsas– y la designada por Claudio X. González. Dada esta coincidencia, conviene contrastar ocho características de ambos procesos, para ver si trata de una auténtica “elección primaria”, y si es el primer ejercicio de su tipo en nuestro país, como dicen sus organizadores.
1.- Allá proceso sencillo, en un solo día; aquí, barroco, multi etápico, de 54 días. 2.- Abierto a toda la ciudadanía (más de 35 millones); acá cerrado, solo para dos millones 200 mil inscritos, no miembros de otros partidos. 3.- Obligatorio, para ciudadanos entre 18 y 70 años; aquí, voluntario. 4.- Mesas receptoras del voto: en Argentina 104 mil 577, en México 300. 5.- Seis mil 396 precandidatos para cubrir 197 candidaturas (locales, federales, ejecutivas y legislativas); aquí, tres para una candidatura. 6.- Allá, organizado por el Estado, y regulado por la ley; aquí, realizado por los partidos y un grupo de notables, sin regulación legal y violando la ley. 7.- Allá, a nueve semanas de su elección constitucional; aquí, diez meses antes. 8.- Allá, de resultado incierto (ganó quien menos se esperaba); acá, de resultado previsible o inducido (con descaro el mismo día de la elección darán a conocer el resultado de la encuesta).
Diferencia fundamental entre unas elecciones auténticamente primarias y las que no lo son, estriba en si son definidas como asunto de interés público o asunto interno de los partidos; y si las organiza el Estado, o los partidos políticos.
La elección del próximo 3 de septiembre del FAM no es primaria, tampoco la primera en la que la ciudadanía votará para elegir un candidato presidencial: el 7 de noviembre de 1999 el PRI hizo un proceso más abierto y participativo que el del FAM (antes ya había aplicado este sistema en cinco estados). Se emitieron siete millones 50 mil votos. No obstante, el tricolor perdió la elección presidencial, pues todos sabían de antemano quien resultaría seleccionado de entre los cuatro contendientes (como ocurre ahora con la del FAM).
Mientras el proceso no sea regulado por ley y organizado por autoridades, seguirán existiendo viejas prácticas, como “cargada”, “línea”, y “acarreo”, como ocurrió en 1999, y sucede ahora. Vamos en retroceso.