La operación de grupos delictivos en el fenómeno migratorio entre México, Centroamérica y Estados Unidos está generando un aumento de casos de retención, mejor dicho, de secuestros, por horas, días y hasta semanas de personas que buscan cumplir el llamado “sueño americano”.
Los migrantes que deciden acercarse a un “coyote”, es decir, a un integrante de una banda dedicada al tráfico de personas, son víctimas de diferentes violaciones a sus derechos humanos, desde violencia psicológica hasta la privación ilegal de su libertad.
A lo largo de los trayectos que pasan por diferentes estados de la República, entre ellos, Puebla, operan diferentes “casas de seguridad”, instalaciones en las que los migrantes de diferentes nacionalidades son privados de su libertad.
Solo los depósitos bancarios y las transferencias que realicen los familiares pueden traducirse en la posibilidad de que la persona en movilidad pueda seguir avanzando hacia su meta de cruzar la frontera sur de Estados Unidos.
Si la contratación de un pollero fue, en un primer acuerdo, por más de 150 mil pesos, cuando los migrantes llegan a las casas de seguridad y son retenidos, el monto aumenta y los grupos delictivos deciden solicitar el doble o más recursos para completar el trayecto.
¿Qué pueden hacer los familiares si sus seres queridos que están buscando cruzar la frontera están retenidos? Solo siguen las instrucciones de quienes les llaman y comienzan a juntar el dinero para realizar las transferencias correspondientes.
Hay una ley de la selva en los procesos migratorios y los acuerdo con los “polleros” pueden cambiar en cualquier momento. Cada vez, aumentan los casos de migrantes que, a pesar de un primer arreglo, son víctimas de cambios de planes y, con ello, el costo inicial acordado, aumenta.
Al final, los migrantes son tratados por los polleros como mercancías, son vistos como fuentes de dinero fácil, por ello, se les priva de su libertad para que sus familiares hagan depósitos. Se trata de una práctica lamentable, pero es una realidad que están sufriendo las personas que solo quieren mejorar las condiciones de vida de sus seres queridos y de ellos mismos.