Son conocidos como indocumentados o los “sinpapeles” y pese a que no quieren ser reconocidos por las autoridades en Estados Unidos, su fuerza es clave para el movimiento de la economía del país vecino del norte y para diferentes comunidades expulsoras de migrantes en México, entre ellas, las de Puebla.
Actualmente, dentro del gobierno de Donald Trump existen señales de que se está planeando la promulgación de un decreto que prohibiría que los inmigrantes sean incluidos en el conteo del censo poblacional 2020.
Si no se incluye a los indocumentados en el censo por decreto presidencial no sería del todo una sorpresa ante la actitud antiinmigrante del actual mandatario. La postura de no incluir a los indocumentados está basada en una acción del gobierno de Trump del año pasado: la eliminación de una pregunta sobre ciudadanía después de que la Corte Suprema dictaminó en contra del gobierno, que había dicho que los nuevos datos sobre ciudadanía ayudarían a hacer cumplir mejor la Ley de Derechos de Votación, que protege los derechos de las minorías.
De acuerdo con estimaciones de organizaciones de apoyo a los migrantes, alrededor de seis millones de mexicanas y mexicanos viven sin documentos, entre ellos, más de 300 mil poblanos, situación que los coloca en vulnerabilidad ante el coronavirus.
Datos del Pew Research Center y del Instituto de Mexicanos en el Exterior permiten realizar un dibujo de las zonas en las que viven los poblanos en el extranjero: casi 33 por ciento en California; 20.50 por ciento en Nueva York; 11 por ciento en Nueva Jersey; seis por ciento en Texas; más cinco por ciento en Illinois.
En el marco de la emergencia sanitaria, la población más vulnerable son las y los “simpapeles”, quienes no sólo no pueden beneficiarse de los programas sociales de las autoridades norteamericanas, sino que se encuentran en el desempleo o realizando actividades informales que ponen en riesgo su salud.
La incorporación de los indocumentados en el Censo 2020 sería clave para conocer la realidad de muchos mexicanos, entre ellos, los poblanos; sin embargo, pese a todo, los migrantes seguirán poniendo el ejemplo y en medio de las adversidades seguirán mandando remesas. En este año, se estableció un récord: Puebla captó 436 millones 79 mil dólares, unos 10 mil 500 millones pesos en el primer trimestre, y sin duda seguirán dando, literalmente, la vida por sus seres queridos.