La familia es el principal factor para que los migrantes de estados como Puebla regresen a sus comunidades de origen luego de experimentar diferentes dificultades en su paso por Estados Unidos.
De acuerdo con el Atlas de Migración de Retorno de Estados Unidos a México, presentado ante la comunidad de la Universidad Iberoamericana Puebla, más de 60 por ciento de las personas migrantes regresan a México por motivos familiares; mientras que la segunda razón es el cumplimiento de los objetivos, y el tercero es la deportación por parte de las autoridades de Estados Unidos.
Claudia Masferrer, autora del análisis, explicó que la vuelta a casa como parte de los procesos migratorios es una de las etapas poco explorada en la movilidad de las personas que buscan cumplir el llamado sueño americano.
En su análisis, la investigadora de El Colegio de México resalta la importancia de desarrollar un mapeo de las características de cada contexto local que propician la migración, donde asuntos como la violencia, el género, la educación y la economía familiar tienen un papel fundamental.
Los procesos migratorios son producto de dinámicas sociales que pueden variar de un periodo de tiempo a otro. En particular, en el estado de Puebla, se presenta un gran retorno a la zona metropolitana, pero también a regiones tradicionalmente expulsoras, añade la investigadora.
Como parte del retorno se presenta un proceso que llama la atención, el arribo de los menores que nacieron en Estados Unidos y que acompañan a sus padres en su regreso a la tierra que los vio nacer.
En la presentación del análisis, María Eugenia D’Aubeterre, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, destacó que la migración es un fenómeno volátil que se incrementa y decrece con base en múltiples factores: economía, políticas migratorias, condiciones ambientales, violencias, entre otros.
Las dos investigadoras coinciden en que, al final, la movilidad de las personas no es una decisión individual y las familias influyen en procesos de retorno de los migrantes en medio de las dificultades.
De alguna forma, el retorno no es un punto final en los procesos migratorios porque los migrantes mantienen la esperanza de regresar a Estados Unidos en medio de situaciones complejas en la historia de vida de cada persona.
Al final, todas las personas tienen derecho a alcanzar un mejor nivel de vida, a poder regresar a lo lugares que dejaron y, sobre todo, a ser felices en el lugar en el que deseen vivir sin importar la raza, el sexo o el lugar en el que se nace.