Ante los efectos de la pandemia de la covid-19, el número de migrantes que buscan llegar Estados Unidos aumentó y, al mismo tiempo, se registró un incremento en la cifra de muertes que se registran en la zona del desierto del sur de Estados Unidos.
El creciente número de cadáveres encontrados en tierras de Arizona, cercanas a la frontera con México es preocupante porque todo mundo tiene derecho a mejorar sus condiciones de vida sin exponerse a perderla.
De acuerdo con el grupo activista sin fines de lucro Humane Borders, que realiza un registro de los lugares y la cifra de muertes de migrantes en la parte sur del desierto norteamericano, contabilizó en la primera mitad de este año un total de 127 restos humanos hallados este año, más de 30 por ciento adicional en comparación con 2020, cuando se registraron en el mismo periodo 96 cuerpos.
Del total de cuerpos de migrantes detectados en los límites con México, al menos 43 fueron descubiertos entre el mes de junio y los primeros días de julio, lo cual, se traduce una cifra alarmante.
Información de la Oficina Forense del Condado Pima en Tucson, Estados Unidos, revela que los restos humanos en la región fronteriza se presentaron en una época considerada como muy cálida.
En algunos momentos, la temperatura en el desierto de Arizona alcanza los 43 grados Celsius, es decir, literalmente, se presenta un infierno para quienes están buscando mejores oportunidades de trabajo y de vida.
La muerte de una persona que busca cumplir el llamado sueño americano es una tragedia, pero que, en unos cuantos días, se registren decenas de pérdidas humanas, es alarmante y merece acciones contundentes.
Ante las pérdidas de seres humanos, organizaciones de apoyo a los migrantes como Humane Borders, Tucson Samaritans y No More Deaths, colocan bidones con agua y otras provisiones en diversos puntos del desierto de Arizona; sin embargo, no es suficiente la situación es complicada.
Los registros de las organizaciones no gubernamentales revelan que, del año 2004 a la primera mitad de este año, se tienen documentadas las muertes de más de tres mil 700 migrantes de diferentes nacionalidades, aunque en muchos casos es complicado encontrar su identidad y nacionalidad.
Al final, ningún muro físico ni la presencia de elementos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detendrá el paso de migrantes, quienes sin importar que su vida esté en riesgo, continuará buscando mejores alternativas para sus familias ante las complicaciones actuales en un mundo afectado por la pandemia de la covid-19.
Jaime Zambrano
