Política

México gobernado por una mujer

Habrán transcurrido cinco sexenios cuando escuché por primera vez la estúpida pregunta: ¿estará México preparado para que lo gobierne una mujer?

En el transcurso de mi peregrinar en esta vida he conocido algunos hombres, quienes debido a su costal de prejuicios menosprecian a las mujeres. Según ellos, ellas carecen del intelecto masculino. Esa absurda idea ha prevalecido desde hace siglos en miles de hogares mexicanos.

El siglo pasado las películas de charros y caballos del “cine de oro mexicano” reforzaron ese prejuicio. Mientras los machos de esos churros eran bravucones, borrachos y mujeriegos, las mujeres debían ser abnegadas y recatadas. En aquellos oscuros años hubo hombres que afirmaban que las mujeres, como las escopetas, deberían estar cargadas en un rincón.

En numerosas familias mexicanas del siglo 20, el padre sostenía, con la anuencia de la señora, que el destino de la mujer era el hogar y el cuidado de la prole. Nadie cuestionaba sus decisiones, el mero mero era él.

Durante varios siglos ese primitivo criterio fue el modelo impuesto a la familia mexicana. En apariencia los tiempos cambian, pero no del todo. No hace mucho, a punto de abordar un avión, un hombre se negó porque éste sería pilotado por una mujer.

En México, aun con esos vestigios discriminatorios hacia las mujeres, ahora mismo estamos viviendo un fenómeno muy particular. Han surgido en el horizonte dos féminas decididas a llegar a la grande. Solo una lo logrará. Las elecciones despiertan confrontación y pasiones desbordadas. En política nunca se da gusto a todos. Ocasionalmente lamentamos que la decisión mayoritaria en las urnas no coincida con la nuestra, así es la democracia.

Sostengo firmemente que México está preparado para ser gobernado por una mujer. Ella deberá tener experiencia política, carácter, cultura y temple de estadista, pero por encima de todo, deberá tener clase, mucha clase, cualidad propia de una dama; porque ella nos representará en los foros internacionales dándole proyección de primer nivel a nuestro país.

 

Colofón

El vocabulario altisonante, las ocurrencias, las raíces indígenas, las botargas y la indumentaria folclórica no cubren el perfil que requiere quien ostente la primera magistratura de nuestro país. Tenemos infinidad de necesidades por solucionar. Las tres principales entre muchas más, son: seguridad, salud y educación. Solucionándolas daremos el paso hacia el ansiado progreso. La moneda está en el aire, esa es nuestra disyuntiva. 


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Jaime Marín
  • Jaime Marín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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