Para lograr el éxito en las alianzas se requiere que quienes las integren tengan mucho en común. Las ambiciones personales de algunos despistados omiten la importancia de la compatibilidad ideológica, elemento clave en la integración de cualquier organización que se pretenda formar.
Qué puede esperarse de Markito, Alito y Chuchito, este trio de despistados cuyo único objetivo es lograr su beneficio personal. Sin recato alguno, en busca de sus ambiciones personales traicionaron los postulados de sus respectivos institutos políticos aliándose entre ellos.
Los tres tristes dirigentes de los tres tristes partidos del triste grupo opositor, además de que no tienen nada en común, su miopía no les permite ver que su propósito de llegar a la presidencia en 2024 es una búsqueda estéril. Más ahora, cuando en los tres tristes partidos los militantes les están exigiendo la renuncia debido a los palos de ciego de sus respectivas dirigencias. En el caso del PRI, le han sacado al sol sus trapitos al tal Alito, haciendo públicos los delitos que cometió cuando fue gobernador de Campeche.
En los partidos políticos mexicanos existen sujetos cuyos antecedentes dejan mucho que desear. El caso de Moreno no es excepcional. Este sujeto encontró en la polaca el espacio para capitalizar sus ambiciones personales. Lo peor de todo ---en el supuesto que hubiera algo mejor--- es que Moreno, no obstante su desprestigio, pretende ser presidente de la república.
En 2018, el PRI “descubrió” que entre sus filas no existía un personaje probo, tuvieron que recurrir a un personaje externo supuestamente impoluto. Conoces los resultados estimado lector.
En una remotísima posibilidad de que para 2024 subsista esa coalición, llegará el momento de proponer candidato, ahí será cuando la puerca torcerá el rabo. Cada uno de los tres propondrá al “bueno” de su partido. ¿Cuál?
Desde esta esquina propongo a tres excelsos personajes. Uno por cada partido. Por el PAN, Fernández de Cevallos, con la remotísima esperanza de que esta vez no se baje del caballo antes de tiempo y no vuelva a traicionar las expectativas de su partido. Por el PRD… la verdad es que no se me ocurre ninguno, tal vez pa’ la próxima. Por el PRI, Peña Nieto, aunque para entonces Televisa no esté dispuesta a apoyarlo, a menos que le endose a otra de sus muchachas y repitan la dosis de 2012.
Colofón
Aquella burda frase: la caballada está muy flaca, hoy se torna vigente. La oposición no tiene gallo para 2024.