Ayer que supo que convertirse en el primer director del recién creado Instituto Metropolitano de Planeación (cuyas primeras siglas fueron IMP, luego Implan y finalmente quedaron como Imeplan) no será en automático, Alberto Orozco Ochoa, decidió arrancar primero que sus eventuales contendientes.
“Estoy a favor de que se haga una evaluación de perfiles (...) porque de hecho no tengo ningún ofrecimiento para ser el director”, me aseguró cuando le pregunté en Notivox RADIO de la aceptada propuesta del alcalde de Zapopan, Héctor Robles, de que compita con otros perfiles (tal vez por la convicción de él y otros alcaldes de que es carta de su homólogo de Tlaquepaque, Alfredo Barba) y la insistencia de algunas voces de que tiene conocimientos técnicos pero no cuenta con la experiencia política para llevar al Imeplan a buen puerto.
Resuelto desde ya a dar la batalla, el nieto del finado Alberto Orozco Romero (no Alberto Ochoa como erróneamente lo escribí el martes pasado, y por lo que le pido una disculpa a usted amable lector, lectora) quien gobernó Jalisco de 1971 a 1977, dejó el bajo perfil y salió a defender su aspiración, ahora sí que con uñas y “dientes”.
De entrada, a los primeros que contestó fue a los que opinaron que veían “sin dientes” los estatutos del Imeplan (en los que junto con Mario Silva y Roberto Arias, trabajó en los últimos dos años), lo que impide hacer realidad los planes metropolitanos al no librarlos de los intereses políticos de los munícipes.
“Leí con sorpresa las opiniones que hablaban de fallas e inconsistencias del estatuto y creo que quien lo declare así está en un error, y tal vez sea porque no acabó de leerlo y no me extraña, apenas se publicó ayer y sería muy sorprendente que lo tengan tan diagnosticado de un día para otro”.
-Dicen que no tiene “dientes”, le insistí-.
“Yo creo que en el tema de los “dientes” hay que ser muy cuidadosos, en la medida en que lo entienda cada quien. Esto de los dientes es delicado. Es un tema que le pudiera costar inconstitucionalidad o ilegalidad al Instituto. Son dos años, no de ocurrencias, sino de un estudio minucioso, técnico y jurídico para darle viabilidad respecto a lo que la norma nos permite y establece”.
-Te cuestionan también que el estatuto no se socializó y que se elaboró en la discrecionalidad, que no se ventiló- le replico.
“Yo difiero (…) de febrero de 2012 a mediados de junio o julio de 2013 no hubo retroalimentación de parte de las organizaciones civiles, no obstante que acordamos que el canal quedaría permanentemente abierto, formal o informalmente nunca se hizo llegar una propuesta en concreto”, revira.
La carrera de Orozco se topará hoy con la organización ciudadana Asamblea por la Gobernanza, donde están algunos de sus más severos críticos, y a los que expondrá el estatuto del Imeplan. Bienvenido el debate y la competencia. ¿Quién más levanta la mano?