Comienzo esta colaboración con la siguiente situación que algún reclutador, gerente o director de recursos humanos o empresario hemos vivido y como parte de nuestra labor desgraciadamente nos hemos venido acostumbrando:
Contratas una semana antes, a un colaborador a fin de cubrir una vacante en tu empresa, ya sea en un puesto operativo o administrativo, y queda acordado el sueldo, prestaciones, horarios y demás dudas resueltas y cubiertas.
Al parecer todo fluye con normalidad y esperas que el lunes siguiente se presente para poder brindarle su curso de inducción en la empresa, presentarlo e incluso entregarle el (orgullo de tu empresa) uniforme, herramientas de trabajo, asignarle un área de trabajo y por supuesto darle un recorrido por las instalaciones a fin de que se familiarice con estas.
Esperas el lunes con una mezcla de emoción, gusto y convencido o convencida de que hiciste una de tus mejores contrataciones para cubrir la posición, pasan quince minutos, 30 minutos y una hora y decides hablarle algo preocupado para ver si no pasó nada en su trayecto y para tu sorpresa el recién contratado no responde y peor aún, al siguiente intento apaga el Smartphone y empiezas a experimentar esa extraña sensación de que fuiste traicionado o engañado y por supuesto, una mezcla rara de emociones que van desde el enojo, frustración hasta tristeza.
Comienzas haciendo un recuento de que pudiste haber hecho mal, que “no le gustó” a tu flamante contratación o peor aún, empieza a invadirte una paranoia acariciando la posibilidad de que el “candidato” era un espía de la competencia y, te recorre ese frío por la columna y sospechas que este nuevo colaborador no se presentará más y tendrás que correr otro proceso de contratación que volverá a costar a la empresa dinero, confianza y sobre todo tiempo.
Pues bueno, lo anterior desafortunadamente es ya una situación por demás común entre las personas que paradójicamente se quejan de que “no hay trabajo” y una vez, que se les presenta deciden rechazarla porque no cumple con sus expectativas o peor aún (pretexto muy usado hoy en día) “su pareja les dijo que no les convenía”.
Este es el reto al que empresarios, reclutadores y cualquier persona que tenga que enfrentarse a estos procesos, por lo que en esta sencilla aportación pretendo darte algunos consejos para hacer una contratación exitosa:
Los mejores candidatos no siempre están buscando empleo, por lo que debes buscar de forma proactiva los candidatos que necesitas. Reclutadores profesionales han descubierto que el seguimiento con los candidatos que laboran y contactas por redes profesionales como Linkedin son más efectivos.
Acelera tu proceso de reclutamiento y utiliza tecnología moderna para aumentar la productividad del reclutador, por ejemplo, las entrevistas de plataformas virtuales como zoom o blue jeans.