Por varias razones inéditas, los comicios de primera vuelta en Francia pasarán a la historia como un sismo en la vida política del país que, con Alemania, dio forma a la Unión Europea aunque podría abandonarla si el 7 de mayo el Frente Nacional de Marine Le Pen, que ayer logró 21.7% de votos, se impone en la segunda ronda; no obstante los pronósticos dan el triunfo al social liberal Emmanuel Macron, que ayer se impuso con 23.9 por ciento de sufragios.
Por primera vez, y refrendando el rasgo atípico de la contienda luego de la decisión de Francois Hollande de no buscar su reelección tras un mandato considerado unánimemente como “calamitoso”, los dos grandes partidos que desde 1958 han dominado la V República, conservadores y socialistas, estarán ausentes de la segunda vuelta luego de que Macron, un centrista proeuropeo de 39 años, ex banquero y ex ministro de economía de Hollande, los hizo a un lado con su joven partido “¡En Marcha!” y su propuesta “ni de izquierda ni de derecha”.
También, por primera vez la ultraderecha de Le Pen logró superar la barrera del 20% en una primera ronda, pese a que obtuvo menos votos de lo esperado, en una Francia decepcionada de las élites políticas y atraída por la misma ola populista, regresiva y xenófoba que lo mismo propició el brexit en Gran Bretaña en 2016 como la victoria de Donald Trump.
En unos comicios generales que, también por primera vez, se celebran bajo un estado de excepción vigente desde 2015 por la amenaza terrorista, la derecha perdió “una elección imperdible”, afirma el diario conservador Le Figaro “y fue su culpa”. “Se suicidó al mantener la candidatura de un François Fillon lastrado por los escándalos”. Pero la izquierda perdió, añade, “también por su culpa” jugando a la división y sus electores más moderados “la abandonaron por Macron”. Este, a su vez, protagonizó uno de los avances electorales más espectaculares desde tiempos del general De Gaulle, cuando hasta 2014, como destaca la prensa gala, era un virtual desconocido del gran público.
Liberation también dedica su editorial a medir “el sismo cívico”. Y si bien los sondeos dan como ganador a Macron, el diario fundado hace cuatro décadas por Jean-Paul Sartre, advierte: “En un decorado nuevo todo es posible. Dicho de otro modo, estemos vigilantes”.