Cultura

Nuestros nómadas

  • Columna de Inés Sáenz
  • Nuestros nómadas
  • Inés Sáenz

Gracias a los celulares, el sedentario contemporáneo es alguien que se siente en casa en cualquier parte. En cambio, el nómada es alguien que no se siente en casa en ninguna parte.

Es alguien excluido, desterrado.


Paul Virilio, La administración del miedo.


Aturdidos de tanto ruido mediático y golpeteo de tuits, nos hemos unido de manera unánime en el repudio a Donald Trump y su agresiva manera de hacer política. Los mexicanos nos hemos manifestado en contra de sus insultos y, sobre todo, en oposición a su brutal política migratoria. La discordia provocada por el señor naranja nos hace sentir bien, pues su vulgaridad contrasta con nuestra superioridad moral. Nos consuelan los reflectores internacionales que se conduelen por ese México vejado al que se quiere amurallar. En medio del barullo aparece –sigiloso y breve– un libro publicado por la editorial Sexto Piso. Un libro de alta intensidad que se meterá entre nuestras conciencias como un aguijón. Se trata de Los niños perdidos. Un ensayo en cuarenta preguntas, de Valeria Luiselli, escritora mexicana radicada en Harlem, Nueva York.

Un ensayo incómodo que nos regresa una buena dosis de responsabilidad frente al fenómeno migratorio. El libro de Luiselli da cuenta de su experiencia como traductora durante la crisis de niños indocumentados de 2014, específicamente aquellos niños procedentes del Triángulo del Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras, que se encaminaron hacia la parte boreal del hemisferio en busca de una mejor vida.

Considero que Luiselli alcanza con este texto una gran autoridad intelectual, como pocas hay en este país, al regresarnos el valor original de lo que es un ensayo: el género por excelencia donde se ejercita un modo de pensar. Este ensayo ha surgido como un paréntesis fuera de los planes escriturales de su autora. Su experiencia laboral en la Corte Federal de Inmigración en NY la impulsó a dar rienda suelta a esta realidad que se le impuso. Luiselli tuvo la lucidez de mirar la problemática desde su complejidad y sin dejar que su mirada sea empañada por un nacionalismo nostálgico. Su crítica es fuerte. Zarandea.

¿Qué nos ofrece este texto de ordenada arquitectura? Comunidades rotas por la violencia y la precariedad. Desgarradas por la falta de oportunidades. Vidas arrojadas al pozo oscuro de la invisibilidad y el dolor. Narrativas que desbordan los márgenes de un formulario de admisión para los niños indocumentados que cruzan solos la frontera. Experiencias devastadoras que se tienen que dejar a un lado, como se deja el origen, pues no están contempladas a la hora de llenar el cuestionario. ¿Cuándo llegaste a los Estados Unidos? Es una de las preguntas. El tiempo de la experiencia, de los sobresaltos y violaciones, el tiempo del llanto y del miedo, el tiempo del hambre y la soledad, el tiempo que marca la vida, no está contemplado cuando solo se pide una fecha exacta que muchos niños no atinan a precisar.

Como sabemos, al soñado cielo se llega por medio del limbo que es México. Nuestro país “se ha vuelto una gran aduana custodiada tanto por criminales de cuello blanco, como por criminales con fuscas y trocas, y los migrantes centroamericanos que cruzan la frontera sureña del país entran al infierno”. (28) La frontera se pinta como un extenso vacío, un no-lugar donde el encuentro es imposible, a menos que sean postmortem, en las fosas que amontonan decenas de cadáveres. Y nosotros, los dolientes mexicanos, ¿somos capaces de reconocernos en esa otredad bañada de etiquetas: la otredad del alien, la otredad del migrante que no alcanza la categoría de lo humano?

¿Sabía usted que 2016 ha sido el año en que se ha registrado el mayor número de peticiones de asilo político en la historia mexicana reciente, al mismo tiempo que ha sido un año de deportaciones masivas de centroamericanos que son expulsados de nuestro país sin el debido proceso?

¿Qué vamos a hacer ahora que el flujo se revierte?¿Qué oportunidades podremos ofrecer a los que regresan?

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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