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Los rayos UV dañan los ojos

Aunque hemos sido alertados por décadas de la necesidad de proteger nuestra piel del daño causado por el sol, lesiones que van desde las más leves quemaduras hasta el cáncer, muy poca atención le damos al cuidado de los ojos y más aún, no existen recomendaciones formales de las instituciones oficiales al cuidado y la promoción de la salud acerca del uso las gafas de sol como protección.

Los lentes para sol, más que un accesorio de imagen, nos ayudan a proteger los ojos de los efectos dañinos de la luz ultravioleta, del polvo y algunos insectos.

El daño solar ocular no se limita al verano o incluso a los días soleados. El daño puede ocurrir en cualquier época del año e incluso cuando está nublado. Los esquiadores, por ejemplo, pueden ser víctimas de la ceguera por la nieve, un deterioro temporal así como la exposición acumulativa a los rayos UV puede causar daños permanentes, como cataratas, pterigion, presbicia prematura (la incapacidad para ver letras pequeñas), crecimientos precancerosos en los párpados y, según estudios actuales, melanoma del iris y degeneración macular relacionada con la edad.

Las personas que trabajan al aire libre son especialmente vulnerables, al igual que aquellos que viven en grandes alturas. La luz del sol que da directamente los ojos no es la única forma de daño de los rayos UV, los rayos invisibles pueden llegar por todos lados como una onda envolvente ya que se reflejan en el concreto, la arena, el agua, el hielo y la nieve. Incluso cuando están alejados del sol, los ojos están expuestos a los rayos UV. Los expertos señalan que “en condiciones promedio, más del 50 por ciento de la exposición ocular se debe a la dispersión y la reflexión de las nubes”. Además, si bien desde hace mucho tiempo se nos ha advertido que protejamos nuestra piel cuando estamos en el sol del mediodía, la exposición máxima de los ojos a los rayos UV depende del ángulo del sol en diferentes momentos del año y en diferentes latitudes, y puede ocurrir temprano en la mañana o tarde en la tarde.

Los niños son especialmente vulnerables a los daños en los ojos por los rayos UV, sus pupilas son más anchas que en los adultos, lo que permite que más rayos alcancen la retina y si se daña es probable que la discapacidad visual sea permanente.

Lo que se debe considerar al elegir lentes para el sol es la protección que brindan de los rayos UV. Todas las gafas de sol, incluso las más económicas, deben venir con protección UV total (400 mm), las gafas más caras brindan una mejor claridad visual. El color de la lente no importa, pero los tonos claros no son tan convenientes para las personas cuyos ojos son muy sensibles a la luz brillante.

Los rayos del sol dañan. Más vale prevenir.


Ignacio Cardona


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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