Las reuniones que el Canciller Marcelo Ebrard encabeza en Washington ante el anuncio del Presidente Donald Trump de imponer a México aranceles, se enmarcan en el escenario de la sucesión presidencial de los Estados Unidos y las intenciones de reelegirse del actual inquilino de la Casa Blanca.
En un contexto en donde la sombra de la guerra comercial se cierne sobre la relación México – Estados Unidos, el punto medular de las mesas de negociación no ha sido comercial, sino sobre los esfuerzos que nuestro gobierno ha hecho para impedir que las olas de migrantes lleguen a la frontera sur de los EU.
En caso de aplicarse las tarifas arancelarias, serían pérdidas comerciales y de empleos para ambos países, a costa de una decisión que tiene claro tono electoral pero que tendría afectaciones severas para ambos países.
Ante esta postura, es indispensable recurrir a la vida institucional y democrática que por tradición afortunadamente cuenta nuestro vecino del norte. De modo específico, el Congreso que cuenta con mayoría Demócrata, haciendo un fuerte cabildeo por estado y por distritos que se verían afectados por las medidas arancelarias. Paralelamente trabajo de Think - Thank con los sectores empresariales involucrados en la relación bilateral de Comercio México / USA.
Una lección que nos deja esta situación, es que el poder personalista y unilateral puede causar mucho daño al interés público, en aras de popularidad personal.
Por eso, ante una amenaza externa a los legítimos intereses de nuestro País, se debe salir a respaldar todos los sectores, sin estigmas o adjetivos. Los mexicanos debemos estar unidos a pesar de nuestra diferente forma de pensar, porque eso no nos convierte en enemigos. Es deber gobernar para todos, en unión y reconciliación, donde todos nos demos la mano con un solo objetivo: México, ¿no cree usted?