En los últimos días se presentaron más de 100 incendios forestales en 20 estados de la República. Esta situación de emergencia afectó de manera muy delicada la Ciudad de México y su zona conurbada, que ante el aumento de los niveles de contaminación se tuvo que implementar contingencia ambiental, que incluye suspensión de actividades al aire libre, de actividades escolares en todos los niveles y restricción de circulación de vehículos.
Este tipo de desastres naturales nos obligan a poner en la mesa del debate la necesidad de no desatender los rubros de prevención y protección civil que se han venido implementando en los diferentes niveles de gobierno.
En esta ocasión, la zona centro y sur del país fue la más afectada, siendo los estados de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y el Estado de México en donde más siniestros se han registrado.
La magnitud de los incendios ha llegado a tal nivel, que no se han podido controlar de manera inmediata, quedando completamente rebasada la capacidad de las áreas encargadas. Si bien existen programas específicos para el tema de incendios forestales, también es cierto que no existen precedentes de una situación similar en los años recientes.
El mapa que se difundió en medios de comunicación es una imagen impresionante, ante la afectación que esto significa y también por los altos costos que esto representa, además de las afectaciones que en materia de salud sufre la población.
Esta situación se presenta justo al inicio de la temporada de ciclones, que es otro fenómeno natural que tiene un fuerte impacto en varias regiones del país, incluyendo Tamaulipas, y para la que debemos de estar preparados para poder atender cualquier eventualidad. Por eso, sigamos fortaleciendo la cultura de la prevención y los programas de protección civil, que es igual a salvar miles de vidas, ¿no cree usted?