Política

Epitafio para un amigo

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Es un compositor obsesionado con resignificar. Mientras avanzan, sus temas cambian de aspecto, como si a cada paso se replantearan su propia existencia.

“Leí lo que escribiste sobre Sibelius en tu columna de Laberinto”, me dijo Luis Pérez Santoja el 3 de noviembre de 2014, “hay que conocernos”.

Nos vimos tres días después en el Café Ébano de la calle Manzanillo para ensayar en torno a un enigma:

¿Por qué Sibelius vivió sus últimos 33 años sin escribir sinfonías, casi totalmente alejado de la música?

“Era 1924: ya todos los grandes sinfonistas estaban muertos, el mundo romántico había sido destruido”, dijo Luis.

“Sibelius no iba a renovarse, ¿para qué?, si él mismo consideró a su Séptima como perfecta”.

“¿Cómo escribirías Sinfonía núm. 7 en un programa de mano?”.

Y ahora que Luis ha muerto, recuerdo intensamente eso: cómo fascinantes ideas sobre sonidos y áridos tecnicismos en torno a la corrección de estilo se conectaban en su pensamiento musical de maneras tan naturales que me transmitían admiración y desconcierto.

“Número se abrevia núm. y Sinfonía núm. 3 va en redondas con mayúscula inicial, pero si se le conociera por un sobrenombre y no por el número, entonces iría igual con mayúscula inicial, pero en cursivas: Sinfonía fantástica, y para citar al creador (Hector Berlioz), en lenguas latinas se respetan nombres de compositores, y Hector, en francés, no tiene acento, así que no se lo pongas, pero en lenguas no latinas sí castellaniza; es decir: Chaikovski, ¡nunca Tchaikovsky”.

Y luego, otra vez, el salto hacia la abstracción:

“Me fascina la resignificación en Sibelius sobre la que escribiste, me fascina en el plano auditivo: su última sinfonía cambia constantemente de panoramas, pero nunca te das del todo cuenta en qué momento termina uno y comienza el otro”.

Y ahora que Luis ha muerto, yo regreso a ese artículo viejo que nos unió en busca de pistas y consuelo:

Es una melodía de misterio encantador: cambia sin dejar huellas (…) Son apariencias que al sonar dan la impresión de individualidad, pero en realidad solo adquieren sentido a partir de la existencia del sonido anterior.

Caen las primeras gotas del año. Se hace de noche. La lluvia es breve. Sibelius sí escribió otra sinfonía: la Octava, pero la quemó. Y en mis antiguas palabras, no encuentro ni pistas ni consuelo, pero sí un epitafio para mi amigo:

Luis Pérez Santoja (1952-2021)
Su vida adquirió sentido a partir de la existencia del sonido.

Google news logo
Síguenos en
Hugo Roca Joglar
  • Hugo Roca Joglar
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.