Política

La vida del espíritu

"Nunca hacía más que cuando nada hacía, y nunca se hallaba menos solo que cuando estaba solo" CATÓN

Majestuosa, seductora y sobre todo excitante, muy pocas cosas están a ese nivel; y no es para menos. Y hablo en uno de los niveles más vastos y profundos: el filosófico. Vaya que la eminente obra intitulada "The Life of the Mind" de la exquisita Hanna Arendt ha regresado por encima de todo y sobre todo de nueva cuenta a mi consciencia, que suerte que nunca se fue, pues tanto en las cuestiones mayores como en las menores jamás me abandonará; pues ya es parte de mi trabajo y acción. La "summa" de una vida y obra virtuosa, tanto teorética como contemplativa tienen pleno significado para aquellos que no solo "piensan", sino que también "quieren"; pero que por encima de todo "juzgan" adecuadamente. Entre la "voluntad" y el "gusto" por el "intelecto", así como entre la "inteligencia" y la "libertad" del "entendimiento" se delibera la urgente necesidad de la razón que nos signifique los mejores resultados para transformar los objetos sensibles en objetos inteligibles y así producirnos una mejor realidad.

Riqueza pura -de progreso ilimitado- que nos hace pensar con la mentalidad más amplia, no es otra más que "La Vida del Espíritu" cuya sensación de estar vivos, se nos manifiesta como un soplo ante alma, ya que nuestro cuerpo humano es un mero cadáver sin la actividad del sentir, pensar y amar que nos conduce al ¿por qué sentimos, pensamos y amamos? Y finalmente nos lleva al ¿qué nos hace sentir, pensar y amar? Ante ello no nos queda más que agradecer, ya que la realización de la felicidad, de los valores y los principios como la dignidad, la justicia, la libertad, etc. están implícitos en nuestra existencia; y en esa facultad nunca nos hayamos "solos" y mucho menos vacíos o huecos pues siempre estamos "ocupados" sintiendo, pensando y amando. Esa es una de las bendiciones de la independencia de la Filosofía, cuyas cadenas discursivas son un "continuum temporal" entre nuestro pasado (ya-no), presente (es) y futuro (todavía-no).

Naturaleza como "don" y convención de "mérito" como talentos juiciosos y peculiares que solo pueden ser ejercidos (hábitos) más nunca enseñados, como verdadera tesis, antítesis y síntesis de movimiento infinito pues todo lo que podemos y debemos sentir, pensar y amar parte de una "nada" de la cual surge "algo" que a su vez ya estaba contenida en el comienzo. Lo que nos demuestra que la facultad de "elegir" (sentir-pensar-amar) es precursora de la "voluntad". Para que podamos "ser", "querer" y "conocer" es menester acompañarnos gravitacionalmente no en mero "estado aparente" sino en el devenir (puro y práctico) de un "estado final" para así darnos cuenta que el valor total del mundo no puede ser evaluado. Y la cura de sí mismos ante la muerte es la "MARINA" cuya genialidad y gusto radica en la imaginación no solo original sino productiva de la Ley de la especie humana: su progreso infinito.

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Hernán Mejía López
  • Hernán Mejía López
  • Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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