“Hombres, sus derechos y nada más; mujeres, sus derechos y nada menos…” Susan B. Anthony
Tod@s y cada un@ de nosotr@s y sin excepción geográfica, socioeconómica o ideológica alguna tenemos la enorme responsabilidad humana de dejar este planeta mejor de lo que lo encontramos, una de esas fundamentales obligaciones es la necesidad de eliminar toda forma de discriminación y violencia hacia las mujeres y niñas, incluyendo leyes, normas, prácticas, costumbres, tradiciones y cualquier otro estereotipo social que genere discriminación hacia el género femenino.
La cultura de la igualdad de género y la no violencia, es decir todas aquéllas autoexpresiones individuales y colectivas que facilitan los derechos culturales equitativos proveen la igualdad económica y social, les permite a las mujeres y niñas disfrutar de una auténtica autonomía personal, ejercer libremente sus derechos civiles, políticos y, muy especialmente el participar sin restricciones en la vida pública de su comunidad o su país. La concreción de derechos humanos significa que las mujeres y las niñas tengan acceso a todos los aspectos de la vida cultural, participen y contribuyan sobre una base de igualdad y equidad en todos y cada uno de los procesos que crean, transforman, modelan e interpretan la cultura local o globalizada.
La participación integral de los géneros, permitirá avanzar hacia una fuente inagotable de innovación, por ello debemos promover la inteligencia y liderazgo de las mujeres y a las niñas como “agentes de cambio” dentro de sus comunidades y valorar sus logros. Los gobiernos a través de sus políticas públicas, pero principalmente las sociedades por medio de las costumbres y tradiciones deben dar un fuerte impulso y facilitar culturalmente la igualdad y la equidad de la mujer en todos los ámbitos. Pues el entendimiento del mundo actual y su problemática, nos exige a todos el sumar esfuerzos en todo momento y en la totalidad de los roles sociales, para poder concebir las soluciones sostenibles de un mejor futuro sin discriminación y violencia de género. Debemos de tener la capacidad de generar funciones y responsabilidades entre hombres y mujeres ante las nuevas dinámicas propias de cada género, que crean, integran y fortalecen a las personas, familias, sociedades y culturas.
El 8 de marzo como día internacional de la mujer es un excelente pretexto para que en promoción del marco internacional de los derechos humanos se materialice la igualdad, la equidad y la no violencia de género a fin de respaldar y hacer nuestra la beneficiosa diversidad cultural, sociedades tolerantes significan personas más sensibles y racionales que potencian el desarrollo sustentable. La “teoría del cambio” consiste en comprender que la educación de las niñas y mujeres será eficaz en igualdad de género en la medida que mejoremos los procesos dentro de las escuelas y fuera de ellas, por medio de recursos e infraestructura, cambio institucional y modificación de normas que incluyan a los grupos marginados en la toma de decisiones.