Política

136 Artículos

El pasado 5 de febrero celebramos cien años de nuestra constitucionalidad. Rico y abundante es nuestro linaje constitucional; pero también es de enorme envergadura el reto de fortalecer nuestra vida constitucional. Vivir en un total, pleno y eficaz Estado constitucional democrático de Derecho nos conviene a todos, gobernantes y gobernados; sector público y privado. Coexistir con vigencia, validez, eficacia, etcétera, de un Estado de Derecho mexicano es el mejor ejercicio de ciudadanía, que mejora a la sociedad; fortalece a la comunidad y edifica una mejor patria-nación.

La vitalidad de los efectos de las más recientes reformas constitucionales, entre otras cosas, exige el reconocimiento y aceptación de todos los niveles: de naturaleza nacional, federal o general según sea el caso; sin embargo, ríspido y a cuenta gotas ha sido este proceso legislativo de habitualidad: "hacer país". Y una vez, que éstas se hallen a plenitud, sin duda, diversos postulados serán objeto aún de examen de constitucionalidad o convencionalidad. Casos difíciles ó trágicos que se continuarán debatiendo en nuestro Tribunal Constitucional, discusión transparente que además de sana es necesariamente informativa pues en mucho ameritará eliminar las lagunas y antinomias que hacen muchas veces ineficaz procedimental y sustantivamente el ordenamiento jurídico. Conclusiones sobre "ponderación" de principios, muchos de ellos aún indeterminados, se incorporaran al bloque de validez en la supremacía constitucional, control real y posible que por su acto u omisión es abstracto o concreto, y por sus efectos el control deviene en concentrado o difuso. En fin, una lógica de la sobreabundancia de reformas estructurales vendrán a desafiar nuestra vida institucional, pero una vez más será deseable que "sobre la Constitución nada, nadie sobre la Constitución".

El compromiso de vigilancia y "buenas prácticas" de todos los mexicanos inmiscuidos en la "comunidad global" implica una enorme corresponsabilidad, tanto de las personas ya traídos al mundo de nuestra mexicanidad, como de los que están por llegar a él; paternidades-maternidades como reproducción altruista de cuidados solidarios: más aún de los más cultos, ricos y poderosos. Debemos potenciar al máximo el número de acciones filantrópicas a fin de sumar y multiplicar el bien común y la justicia social a nuestra población mexicana.

Los recursos (derechos, prerrogativas y obligaciones) que provee nuestra Constitución para mejorar la calidad de vida de las personas son limitados, pero haciendo un uso racional y prudente de ellos es bastante viable optimizarlos para todos; la potencia y maximización de nuestra mexicanidad con instrucción y educación, tiempo y energía es totalmente posible transformar sin favoritismos ni caprichos nuestra calidad de vida mexicana. Esta es la auténtica batalla de nuestra generación: sentir, pensar, etcétera, nuestra Constitución más allá de 136 artículos. La felicidad de los mexicanos no se producirá del todo si no estamos comprometidos con nuestra existencia, sea auxiliada por las ciencias, técnicas, ideologías, religiones, entre otras, pero sobre todo por las "leyes", por un Estado de derecho constitucional y democrático.

Google news logo
Síguenos en
Hernán Mejía López
  • Hernán Mejía López
  • Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.