Hace más de 2 mil años que Eratóstenes sostuvo la idea de la redondez de la Tierra pero no fue sino hasta el siglo XVI, con los viajes de Magallanes y Elcano, cuando la gente empezó a aceptar la idea, esa que le costó ser enjuiciado por la Inquisición a Galileo.
Y aun así, todavía hay tierraplanistas y creyentes en teorías de la conspiración, quienes aseguran que la Tierra es plana.
Así pasa con la construcción de grandes distribuidores viales en las ciudades. Pese a que desde hace décadas sabemos lo nocivo que resulta construirlos, hay ingenieros viales que los proponen como solución al tráfico, cabildos, alcaldes y gobernadores que los avalan y hasta periodistas que los defienden.
Ocurre en todo el país, no solo en Cuemanco donde el gobierno local se empecina en levantar un enorme puente vial de más de un kilómetro de extensión sobre los humedales de Xochimilco, sino también en Durango, donde acaban de reiniciar los trabajos del puente Francisco Villa, que también rebasará el kilómetro de extensión.
Pasa en Villahermosa, con el paso vehicular sobre Adolfo Ruiz Cortines y Avenida Universidad, donde gastarán más de 600 millones de pesos para este puente que, gracias al fenómeno del tráfico inducido, llevará más vehículos, tráfico del que busca evitar, y contaminación al centro de esa ciudad que hoy sufre de inundaciones.
Lo acaban de hacer en Atizapán, Estado de México; lo tienen planeado en Querétaro (un segundo piso de más de 700 millones) y casi no hay ciudad media en el país que no ande en las mismas.
Por fortuna, también hay movimientos ciudadanos que se oponen a estas obras mastodónticas. En Durango, el grupo Árboles sí, Puentes no lleva dos años con denuncias y activismo para frenar el puente Francisco Villa. En la capital la Coordinación de Pueblos de Xochimilco lucha para defender el humedal y ha conseguido frenar las obras por el momento.
En el mundo también pasa lo mismo, en África y Asia hay fiebre de construcción de puentes mientras que en Europa y en algunas zonas de Canadá y Estados Unidos se hace lo contrario.
Así estamos, con el tierraplanismo a todo lo que da en México.
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