Una fotografía de un Nissan 350Z corriendo a 265 kilómetros por hora sobre el Periférico sur fue la primera imagen captada por los cinamómetros, radares de velocidad, instalados en Ciudad de México hace 12 años.
Era 2006 y gobernaba Alejandro Encinas. En ese año murieron atropellados o en accidentes automovilísticos mil 373 personas en las calles de la capital. Comenzaba apenas la tarea de regular las altas velocidades.
A Encinas le siguieron Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, quienes mantuvieron los radares, el alcoholímetro, promovieron el uso de la bicicleta, la Visión Cero y el programa de fotomultas.
En el camino, grupos de la sociedad civil empujaron y consiguieron que la Asamblea Legislativa aprobara una Ley de Movilidad que invirtió la jerarquía en las calles y puso al peatón como prioridad. También consiguieron un nuevo Reglamento de Tránsito que redujo las velocidades y elevó las sanciones para los infractores.
Año con año, desde entonces, las muertes han ido a la baja: 2014 (833), 2015 (739), 2016 (626) y 550 personas en 2017. Aún son demasiadas muertes, pero cada vez menos.
Al calor de las campañas, sin embargo, los aspirantes a jefe de Gobierno prometen acabar con las fotomultas y reducir el monto de las abusivas —así les llaman— infracciones.
Son Claudia Sheinbaum, la aspirante de Morena, y Mikel Arriola, de la coalición encabezada por el PRI. No están solos en esa causa, en Veracruz Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes ya las quitaron.
Son políticos que, o ignoran las consecuencias de una medida de ese tipo, o a sabiendas la toman. Es una decisión criminal, que condena a inocentes a morir y se mide sin error alguno, trágicamente.
Si el problema es el negocio, el porcentaje que se lleva la empresa, renegociemos el contrato, cambiemos al proveedor o invirtamos fondos públicos en un sistema propio, pero no tiremos el agua de la tina con todo y niño, no peleemos con ni despreciemos a la tecnología.
En aras de conseguir votos el populismo, no importa si es de derecha o de izquierda, puede acabar con lo que se ha conseguido. Rectifiquen, hay tiempo.
De antemano, candidatos, si insisten en despreciar lo que esta Ciudad de México y su sociedad han logrado avanzar en una década, no contarán con mi voto el 1 de julio.
Espero que tampoco con el de miles más que han entendido que no es convirtiendo las calles en tierra de anarquía como habremos de evitar las muertes viales.
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@hzamarron