En Berlín se gesta una revolución social que es indispensable observar.
Miles de personas votaron en el referéndum de este domingo para expropiar a grandes inmobiliarias y crear una empresa social de vivienda pública, que modere los elevados precios de las rentas y garantice el derecho a la vivienda.
Tras una exitosa campaña ganó el sí, aunque el resultado no es vinculante pero sí pone a discusión el tema de la especulación inmobiliaria en Berlín, una ciudad que en los últimos años se volvió un polo turístico y atrajo a los inversionistas que compraron por miles apartamentos que transformaron en airbnb, además de privatizaciones previas.
En Berlín triunfó un movimiento ciudadano en contra de las alzas desmedidas en los alquileres y los monopolios de vivienda que, más allá de buscar una ganancia legítima, buscan especular con el suelo y la vivienda. Es una nueva modalidad del capital financiero bien estudiada por la socióloga Saskia Sassen en ciudades como Londres y Nueva York.
Fenómenos que ocurren también en Latinoamérica y donde Panamá es un gran ejemplo, con sus decenas de rascacielos vacíos, construidos para lavar dinero o para realizar operaciones financieras especulativas.
Cada ciudad es distinta y tiene condiciones específicas, pero el fenómeno de especulación global no es ajeno a nuestras grandes capitales. Se vive ya en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
En México, además, una de las peores paradojas que enfrentamos es tener a la vez millones de viviendas abandonadas y millones de personas sin vivienda, o sometidas a viviendas precarias, sin servicios básicos, con escaso transporte y en condiciones de hacinamiento.
Si bien cambió, por fortuna, la política del Infonavit de apoyar las construcciones suburbanas que pulularon con Fox, Calderón y Peña Nieto, el tema aún no está en la agenda de los políticos ni de los medios.
En Guadalajara y en la CdMx hay en curso experimentos interesantes de vivienda orientada al transporte, de limitar más que imponer un número de estacionamientos, de conversión de oficinas a vivienda, etc. pero aún falta mucho camino.
El tema es urgente y relevante.
Héctor Zamarrón
Twitter: @hzamarron