En la Secretaría de Economía están a punto de tomar decisiones que pueden salvar o costar vidas, cientos o miles de vidas de mexicanos.
Se trata del inicio de la discusión de la Norma Oficial Mexicana de seguridad vehicular, la NOM-194, la que rige la producción automotriz y la obligación de incorporar cada vez más medidas que protejan la vida de los ocupantes de los automóviles y de los peatones.
El Comité Consultivo Nacional de Normalización de la Secretaría de Economía se reúne este viernes 30 de enero para deliberar cuál proyecto de norma de seguridad vehicular impulsará y de ahí derivarán las obligaciones de la industria para producir o no automóviles más seguros.
En el comité participan representantes de la UNAM, el Poli, cámaras de comercio, de la industria y de la sociedad civil. A partir de lo que decidan y del anteproyecto de norma que pongan sobre la mesa, la Dirección General de Normas abrirá la convocatoria para que se sumen otras asociaciones ciudadanas como El Poder del Consumidor, Refleacciona y LatinNCap.
Desde la sociedad civil, estas agrupaciones han propuesto incorporar estándares de seguridad vehicular con base en lineamientos de la ONU, es decir, al menos las siete recomendaciones hechas por la OMS desde 2017.
Estas se resumen en que la seguridad vehicular no sea un lujo para los consumidores y que estos no deban pagar más por tener acceso a tecnología que lleva décadas salvando vidas en Europa:
Bolsas de aire, frenos antibloqueo, control electrónico de estabilidad (que evita virajes), anclaje de asientos infantiles, cinturón de tres puntos, diseño con materiales que minimicen lesiones graves o riesgo de muerte y estándares de impacto frontal y lateral para que, en caso de una colisión, la estructura del vehículo disipe la energía y mantenga la integridad del habitáculo.
Incorporar el frenado autónomo de emergencia y el monitor de presión de llantas, es otra demanda.
Quienes saben de la negociación, adelantan que la industria va a querer bajar al mínimo las obligaciones de seguridad automotriz, pues hasta ahora solo pidió prórrogas para hacer su propuesta y terminó con un “no queremos incorporar ningún otro estándar o dispositivo de seguridad”.
Así que frente las recomendaciones internacionales y las demandas de la sociedad estará el freno de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, la AMIA, y de por medio la posibilidad de salvar o no más vidas.
En seguridad vial los resultados son lentos, tardan hasta una generación en reflejarse, como en Francia, por ejemplo, donde les tomó 30 años revertir el número de muertes que alcanzaron en los noventa.
Para México rige un doble estándar. El mercado ofrece vehículos más inseguros, porque privilegia la ganancia frente a la obligación del Estado de cuidar las vidas, por sus normas laxas. Es hora de cambiar los términos de esa ecuación y toca a la secretaria de Economía, Graciela Márquez, estar pendiente de los resultados.
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@hzamarron