Política

Instructivo para discutir sobre el nuevo aeropuerto

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  • Héctor Zamarrón

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Antes de caer en una discusión familiar, con amigos o colegas del trabajo (ya no se diga en redes sociales, con desconocidos, que suelen ser incluso más intensas), sobre el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, les comparto algunas ideas para orientar la polémica y que los resultados no sean tan ingratos.

Podríamos comenzar con un simple ¿te gusta? o ¿qué opinas de...?, pero eso no nos llevaría a ningún destino, por eso mejor ordenar la discusión y antes de que la polarización que priva en la sociedad se adueñe de nuestras familias y entornos seguros, mejor vamos por partes. El tema es tan amplio que vale la pena diseccionarlo.

Si discutimos sobre las bondades del proyecto de Texcoco —elaborado por Norman Foster y Fernando Romero—, frente a la austeridad de Santa Lucía, obra del reconocido Francisco González-Pulido (quien desconoció los resultados), estaremos hablando de arquitectura.

Como dato, basta saber que también de Foster era el proyecto de vías elevadas para ciclistas en Londres, que terminó desechado por los usuarios que hallaron inservible su idea de mandarlos por arriba de sus destinos. Así como la idea de construir un aeropuerto en medio de un lago.

Otra discusión es la del costo. Nunca sabremos quién tiene la razón porque la Sedena argumenta que costó menos incluso que lo presupuestado (75 mil millones), mientras que los vocingleros de Twitter afirman que el costo que pagaremos por la cancelación y la obra ascenderán a los 500 mil millones de pesos.

La Auditoría tiene otros datos.

Podemos discutir sobre su lejanía de la capital. Ese es un debate interminable. Que si habrá tren, que si el Uber es muy caro, que si las autopistas tienen mucho tráfico, que si... todos los grandes aeropuertos están lejanos a las ciudades pero, además, volar es un privilegio en un país donde solo 30 por ciento viaja en avión, incluso para viajeros como quien escribe, que he pisado todo tipo de aeropuertos en el mundo y en México, viajar sigue siendo un privilegio y cuando requiero hacerlo tomo todo el tiempo que requiera.

Aun así, los aeropuertos suelen tener ese tufo aspiracionista que te hace pagar más de 100 pesos por un simple café con pan. Me incomoda ese toque de lujo que pretenden darle al viaje que, al menos en mi caso, solo se reduce a la preocupación por llegar del punto A al punto B, pero el lujo es una condición sine qua non del capitalismo.

Podríamos también discutir el tema ambiental, si dejarlo en Texcoco, en donde escurren los ríos del valle, o si la construcción en Santa Lucía provocó un terregal.

Qué difícil resulta a veces percatarse de nuestros privilegios y tratar de entender desde ahí a la sociedad. A una buena parte le resulta casi imposible despojarse de prejuicios y abstenerse de criticar a una familia pobre por ir de visita a un aeropuerto que quizá no use nunca.

Pleito en las alturas

Nada bueno ocurre cuando pelean el ex consejero jurídico de la Presidencia, la ex secretaria de Gobernación y presidenta de la mesa directiva del Senado, junto con el fiscal general de la República. Entre acusaciones de complots, corrupción y abusos de poder, ninguno sale bien librado. En el tablero toca mover al Presidente.

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@hzamarron

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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