El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) enarboló desde su campaña a la presidencia diversas promesas, entre otras: acabar con la corrupción y “primero los pobres”. Por ello, para su gestión, la reducción de la pobreza se convirtió en un tema prioritario. En ese sentido, Coneval, organismo encargado de evaluar la política social en México (reducción de la pobreza), ha dado a conocer puntualmente el impacto que tienen los programas sociales del gobierno en el intento por reducir la pobreza.
En agosto de 2021, AMLO rechazó los resultados presentados por el Coneval (2018 vs. 2020),donde se reportaba que durante los dos primeros años del gobierno, las personas en situación de pobreza habían pasado de 51.9 a 55.7 millones. El presidente, haciendo uso de su ya clásica frase “yo tengo otros datos”, descalificaba los resultados. Pero en el 2023 las cosas cambiaron, ahora lejos de desconocer los datos los destacó. Puesto que de acuerdo al último estudio (2022), se dio a conocer la reducción de la pobreza, pasando del 41.8% (2018) al 36.3% (2022) el porcentaje de personas en situación de pobreza. Y era de esperarse que el presidente estuviera contento y presumiera los resultados que le favorecían.
Sin embargo, como en todo contrato, hay que leer bien todas las cláusulas y en especial las letras chiquitas. Coneval reporta diferentes niveles de pobreza: pobreza moderada y extrema. Y si bien hubo una reducción significativa de 5.1 millones de personas en términos generales, también es cierto que 400 mil personas se sumaron a la condición de pobreza extrema (9.1 millones en 2022). Por lo que las transferencias gubernamentales (programas sociales) sí han tenido impacto positivo, pero aún hay un largo camino por recorrer para lograr sacar a las personas en situación de pobreza.
Además, el estudio mide otros rubros no menos importantes, por ejemplo: rezago educativo y acceso a servicios de salud, entre otros. Los cuales forman el indicador de carencia social. Y aquí es donde están las letras chiquitas que olvidó mencionar el presidente. Por ejemplo, si comparamos 2018 vs. 2022, en el rezago educativo se empeoró la situación, pasando de 23.5 a 25.1 millones de personas bajo esta condición; asimismo, el acceso a servicios de salud se incrementó en cifras preocupantes, pasando de 20.1 a 50.4 millones de personas, es decir, hubo un incremento del 60.1% con respecto al año 2018.
Lo cual repercute en un fracaso de las políticas en materia de cobertura de salud del gobierno, ya querecordemos la promesa de que “México tendrá un sistema de salud mejor que el de Dinamarca”.Mientras que en realidad, las decisiones en materia de salud han dejado mucho que desear.
Se acordará estimado lector que el gobierno de AMLO acusó actos “corruptos” en el Seguro Popular, por ello lo desaparecieron para crear al Insabi, mismo que a la postre se convirtió en uno de los más grandes fracasos de esta administración; al grado tal que este año se anunció su desaparición para crear al IMSS-Bienestar. Es entendible hasta cierto punto que el gobierno destaque sus logros (quién vende malo), pero es necesario evaluar desde todos los rubros a la gestión del gobierno, para poder obtener una radiografía más completa de cómo vamos. Para ello, hay que leer las letras chiquitas.