Cultura

'El exorcista' ataca de nuevo

  • Sentido contrario
  • 'El exorcista' ataca de nuevo
  • Héctor Rivera

Una de las películas más efectistas que he visto en mi vida es El exorcista. Es perfecta, sobre todo en el diseño de su banda sonora, premiada en su momento con un Óscar de la Academia Estadunidense de Cine. Va minando lentamente la resistencia del espectador ante lo que es para muchos algo del todo increíble: el violento enfrentamiento entre un cura y el demonio que se ha apoderado del cuerpo de una adolescente. La intensidad del enfrentamiento entre el Bien y el Mal va en aumento a medida que la trama transcurre, hasta que consigue poner de punta los pelos de los espectadores. Cuando la cinta de William Friedkin, que está basada en la novela de William Peter Blatty, se estrenó en los cines de México en los años setenta, los empleados ofrecían tranquilizantes entre el público al borde de un ataque de nervios. Muchos espectadores desbordados por la histeria colectiva vomitaban o caían desmayados. En serio. La película fue un negociazo: costó más o menos 8 millones de dólares y dejó en las taquillas de todo el mundo ingresos por unos 700 millones.

A Linda Blair, la actriz que interpretaba a Regan, la sufrida chica poseída, le tocó el séptimo crédito. Era su tercera incursión en el cine. Tenía 14 años y a nadie le importó que en realidad fuera con su atormentado personaje el principal atractivo de la cinta. Se entendía, porque en el reparto había actores de excelencia como Ellen Burstyn, Jason Miller y Max von Sydow, que reclamaban sitios destacados en la promoción de la película. En particular Von Sydow, uno de los actores fetiche del sueco Ingmar Bergman.

Un poco más de 40 años después, Blair anda ahora por los 58 y no deja de quejarse por los horrores que padeció a su corta edad durante el rodaje. Tal vez no lo dice, pero desearía que el papel se lo hubiera llevado cualquiera de las 600 jovencitas que compitieron para ser la endemoniada Regan. Con un expediente por tráfico de drogas en su pasado, vive de cuidar perros y de la venta de sus amargos recuerdos. Pero si lo viera bien, su suerte no ha sido tan amarga como la de María Schneider, la jovencita que compartía perversidades eróticas con el maduro Marlon Brando en Último tango en París, la aclamada cinta de Bernardo Bertolucci. Tenía 19 años y un candente erotismo que chorreaba por los poros de su piel y enloquecía al público. Terminó convertida en una suerte de actriz maldita con una carrera llena de altibajos hasta que falleció al comienzo de 2011 a los 58 años a causa de un cáncer contra el que había luchado largamente.

Linda Blair filmó El exorcista a una edad en la que a las adolescentes les importa mucho su aspecto: su talle, el color de su cabello, el tamaño de sus pies, la ropa que visten. Visitan con frecuencia los salones de belleza y las boutiques. Pero ella tenía que someterse todos los días a largas sesiones de maquillaje que la enviaban al foro con los cabellos revueltos, el rostro verdoso y tasajeado, los ojos amarillentos y la dentadura putrefacta. Toda una belleza para el director de la película. Todo un tormento para ella, que vivió marcada para siempre por esas jornadas. Ella, que siempre quiso ser veterinaria, fue empujada por su madre a la actuación. Lo único que sacó de bueno de aquellos días en el infierno es la sopa de chícharos como la que vomitaba a chorros en la cinta. Ahora es su favorita. La adora, tanto como a su perrita Greta Garbo.

Anthony Perkins no era ningún jovencito cuando filmó la mítica Psicosis bajo las órdenes de Alfred Hitchcock. Tenía unos 30 años. La película, la número 11 en su carrera, fue un exitazo que resuena todavía. Como en el caso de El exorcista, se han hecho otras versiones que guardan más o menos lealtad con la original. La serie televisiva Bates Motel recoge con bastante fortuna la mórbida relación de Norman Bates con su manipuladora madre y sus consecuencias en la comunidad que los acoge.

Las series televisivas parecen a veces una suerte de reivindicación de éxitos pasados, un certificado de excelencia y una garantía de éxito comercial. Claro que no es lo mismo, pero a menudo las versiones en teleseries de grandes éxitos fílmicos se dejan ver si uno no se hace el remolón. Ojalá así sea con la versión televisiva de El exorcista que está comenzando a preparar la cadena Fox, cuyos escritores han asumido como un thriller psicológico. Lo que no han informado hasta ahora es el nombre de la adolescente a la que habrán de someter a la tortura de interpretar a la poseída Regan. Como sea, ya andará lamentando la elegida las truculencias que tuvo que vivir a cambio de un montón de dólares y un buen plato de sopa de chícharos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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