Miguel Ángel Mancera Espinosa, el jefe del gobierno del DF, tendrá que poner orden en su gabinete de seguridad porque la espiral de violencia en la capital del país está incontenible y el crimen organizado deja sentir sus huellas.
Pero no solo el crimen organizado, el delito común, como los asaltos en las principales calles de la ciudad se han multiplicado, así como los ataques a comensales en restaurantes. Esta misma semana fueron atracados 25 comensales en un restaurant de la colonia Roma.
Robos a casa habitación y, ahora, colgados en puentes peatonales como sucede en algunas ciudades fronterizas del país, así como las extorsiones a los comerciantes del Centro Histórico son cosa común en la gran ciudad, lo que demuestra que sus colaboradores en materia de seguridad no dan los resultados esperados.
Cuando el crimen organizado hizo su aparición en las fronteras y luego se extendió por el sur del país, hubo quienes dijeron que la mejor ciudad para vivir en México, esa es la capital del país; hoy ya no se puede decir eso.
Mancera debe reconocer que ni Hiram Almeida, el jefe de la policía, ni Rodolfo Ríos, el procurador, están a la altura de la problemática de la seguridad en la gran ciudad y debe tomar las medidas para atacar el problema, porque con esas cartas credenciales no tiene ninguna posibilidad en 2018, como algunos de sus seguidores piensan. No basta con seguir pistas del colgado en Iztapalapa.
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Los nuevos cambios podrían venir muy pronto en áreas muy importantes. Algunas en donde poco se acostumbra a realizar movimientos. No pierdan de vista a Roberto Campa Cifrián... Corren las apuestas, ¿El "Chapo" regresa a Almoloya? hay quienes dicen que será abatido, porque ya no conviene que viva. De todas formas el sinaloense ya puso su granito de arena en la sucesión presidencial... De ser un oscuro gobernador, Salvador Jara pasó a ser el coordinador de la educación superior, cosas de la reforma educativa que el señor Nuño dice que va en serio... El asunto de los aviadores en la SEV de Veracruz no es nuevo, lo que pasa es que Javier Duarte piensa que le servirá como un instrumento de distracción en momentos en que aletea para dejar un sucesor a modo, esto es, que le cubra las espaldas y que no es otro más que Alberto Silva, El Cisne, quien el sábado toma posesión como presidente del PRI estatal con miras a apoderarse de la candidatura priista.
