Negocios

Tensiones externas, fragilidades internas

La tensión internacional debido a la crisis entre Estados Unidos e Irán contribuyó a profundizar la marcada incertidumbre que ya se tenía para la economía: el comercio, las inversiones, los proyectos y el movimiento económico en general se ven afectados. Estamos ante un entorno internacional complejo, en permanente tensión, que se mantiene expectante a resultados geopolíticos, guerras comerciales, decisiones intempestivas y elecciones presidenciales, como la que se dará en Estados Unidos en noviembre. Ante este entorno incierto y cambiante, la economía mexicana enfrenta la necesidad de fortalecer sus motores internos y recuperar el crecimiento.

¿Cómo recuperar la confianza interna en un contexto de incertidumbre internacional? ¿Cómo fortalecer el dinamismo interno en una economía que depende mayormente de factores externos? Las preguntas son bastante reiteradas debido a situaciones conocidas: el estancamiento de la economía mexicana en 2019 se produjo en el contexto de la pérdida de confianza que derivó en una disminución de las inversiones; así mismo, la dependencia del mercado estadounidense es tan elevada, que no sólo más del 80 por ciento de las exportaciones tienen como destino al vecino del norte, sino que otras fuentes de ingresos como las remesas, el turismo y las mismas inversiones dependen del mismo origen.

La cuestión es que la economía mexicana necesita crecer y fortalecer su dinamismo interno, pero el ambiente externo no se muestra favorable. Al contrario, suma incertidumbre en el preciso momento en el que más se necesitan certidumbre y confianza. Y una de las principales señales de confianza para incentivar inversiones que se tiene hasta ahora, curiosamente, también depende de fuera: la ratificación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que debería darse en breve. Pero, como sabemos, el acuerdo no será suficiente para impulsar una economía lenta, pesada y estancada.

Hace algunos días el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Angel Gurría, dijo que México puede lograr un crecimiento del 4 por ciento al final del sexenio pero que debe fortalecerse desde dentro en cuanto a políticas internas, estado de derecho, disciplina fiscal y estabilidad financiera. Señaló además el problema de la dependencia de circunstancias externas que no se pueden manejar. Lo que dijo Gurría no es nada nuevo pero sí es bastante curioso que el problema se haya mantenido durante tantos años. Sigue la fragilidad interna y sigue la dependencia externa.

En 2020 el contexto internacional no será favorable. Y no sabemos qué pasará en los siguientes años. Lo que sí sabemos es que el fortalecimiento del mercado interno y de los motores económicos ya no puede postergarse: hay que dinamizar desde la inversión pública, la infraestructura, la educación, la ciencia, la tecnología y el emprendimiento. Con tanta pobreza y tanta desigualdad, no se puede depender del retorno de los buenos vientos sino de la propia pericia en el timón.


@farinaojeda

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Héctor Farina Ojeda
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