Negocios

Arranque frentea lo incierto

Mientras la epidemia de coronavirus lleva más de 900 muertos y genera incertidumbre en los mercados mundiales, la economía mexicana se sigue debatiendo entre el estancamiento y el repunte. Al mismo tiempo que los pronósticos apuntan a un crecimiento de alrededor del uno por ciento en 2020, el indicador adelantado del Inegi, que intenta dar cuenta de los ciclos económicos y de las tendencias a futuro, lleva seis meses consecutivos al alza, lo que hace vislumbrar una reactivación, aunque todavía no hay certeza sobre cuándo ni en qué medida se dará. Todo apunta a que la economía se mueve hacia arriba pero muy lentamente.

Las consecuencias del coronavirus y el miedo en los mercados se han sumado a la gran incertidumbre que ya tenía en ascuas al entorno internacional. Entre las tensiones de Estados Unidos e Irán, la guerra comercial con China y las próximas elecciones presidenciales estadunidenses, ya se había configurado un escenario de incertidumbre que puso en duda los pronósticos de crecimiento de la economía mundial y, particularmente, de los países emergentes.  Precisamente, la convulsionada América Latina, que soporta los malestares de la desigualdad y la inestabilidad política, tampoco tiene un panorama muy alentador para este año.

Ante este contexto, la economía mexicana sigue sin mostrar la fuerza de los motores para ir contra corriente. Hay señales de mejoría, como el indicador adelantado, pero falta el gran empuje que se dará con la recuperación de la confianza y el inicio de las grandes inversiones. Y mientras no se produzca esta detonación de la inversión, parece poco probable que se recupere el dinamismo y que se pueda lograr un crecimiento a tasas importantes y, en consecuencia, el desarrollo que se perciba en una mejoría en la economía de la gente.

En las condiciones actuales estamos muy lejos de llegar al prometido crecimiento de cuatro por ciento promedio, así como también se ven distantes la disminución de la pobreza y de la desigualdad. Mientras no se produzca el despegue económico en el sentido del retorno de las inversiones importantes, de la generación de empleos suficientes y del sostenimiento de la recuperación de los salarios que se inició el año pasado, no se podrá hablar de una mejoría real ni mucho menos de lograr revertir los grandes problemas sociales.

La cuestión de fondo es que hasta ahora no se ha podido salir de esa especie de pantano que dificulta el avance de la economía: demorada entre incertidumbre, desconfianza y falta de inversiones, los proyectos se ven lentos, los avances son limitados y los beneficios no terminan de llegar. La lucha que se da para acelerar los motores y superar los obstáculos se está demorando y mientras esto pasa se alejan las grandes metas. Estamos en un momento controversial en el que la discusión se centra en si el vaso está medio lleno o medio vacío. Y mientras tanto, ahí siguen esperando la desigualdad, la pobreza, los buenos empleos, los mejores salarios y la calidad de vida de la gente. 


@farinaojeda

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Héctor Farina Ojeda
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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