Muchos factores apuntan a una posible derrota de Donald Trump en las elecciones de noviembre, y sin embargo, los demócratas no deberían confiarse. Joe Biden podrá estar más de ocho puntos arriba de Trump en el promedio de las encuestas, y la popularidad del presidente podrá estar descendiendo, sobre todo en el círculo de los moderados, pero la elección está lejos de definirse.
¿Alguna señal de alerta concreta para la oposición? Sin duda: a pesar de los indicadores a favor de Biden, la mayoría de los líderes republicanos de los diferentes estados del país, al menos a juzgar por una encuesta realizada por el portal Político, considera que Trump tiene el triunfo asegurado, incluso hablan de triunfo aplastante. ¿Sus razones? Dicen que el coronavirus va de salida, que la economía va a recuperarse, que los demócratas se ven mal criticando a la policía, que las encuestas no son confiables, que Joe Biden es muy frágil, y que incluso si hubiera otra crisis de aquí a noviembre, Trump es como de “teflón”, no se le pega nada (cosas que no son del todo ciertas).
¿Por qué tanto optimismo en el campo republicano? Por un lado está claro que la motivación es importante. No pueden dar señales de sentirse derrotados, y los republicanos suelen ser mucho más disciplinados que los demócratas cuando de mensajes unificados se trata. Pero por otro lado, según algunos analistas, también podrían estar preparando el terreno para dar la pelea ante una derrota, es decir, para no conceder la victoria a Biden, o incluso para apoyar a Trump en una movida para posponer la elección, en caso de rebrote de la pandemia. Al comunicar su optimismo y hablar de victoria aplastante segura, los republicanos pro-Trump estarían generando una realidad alterna para usarla de argumento para alegar fraude o para respaldarse si se intenta posponer la elección, y que no parezca que lo hacen porque están perdiendo.
APUNTE SPIRITUALIS. Los demócratas, por tanto, no deben confiarse. No han ganado nada. Con Trump, nunca se sabe.
