En el ridículo y hasta en el delito está terminando la aventura del gobierno en su fabricación de la verdad del caso Ayotzinapa.
La demolición de la “verdad histórica”, reporta Héctor de Mauleón, se ironiza ahora como la "verdad histriónica" por la denuncia de un testigo tan irrefutable como inesperado: el propio presidente de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas.
Encinas ha desnudado las fallas de la Comisión que preside en una inusitada entrevista con The New York Times, donde admite que del Informe que presentó “hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”. https://nyti.ms/3FpF6WA.
Sometido a las prisas del Presidente que lo urgía a presentar resultados, Encinas utilizó, sin consultarlo con los expertos y peritos que lo rodeaban, un paquete de mensajes de pantalla que desmentían la “verdad histórica”, probaban la complicidad criminal del Ejército y ofrecían una macabra historia alternativa de descuartizamiento de los estudiantes por distintos grupos criminales y por los militares del 27 Batallón.
Es el material supuestamente nuevo del Informe, que resultó falso.
Encinas tomó también otras medidas de urgencia. Viajó a Israel a entrevistarse con Tomás Zerón, el corresponsable de la “verdad histórica”, con quien sostuvo una comida de más de tres horas.
“Encinas pidió a Zerón”, reporta el Times, “información sobre los restos de los estudiantes que podría haber retenido mientras estuvo en el poder”.
Le dijo, según un audio grabado verificado por el diario:
“Ayúdame a desenmarañar todo esto. Yo te garantizo el apoyo del Presidente”.
También le dijo: “Al Presidente no le importa meter gente a la cárcel”.
“Encinas”, sigue el Times, “intentaba persuadir a Zerón de que cooperara porque consideraba que tenía información valiosa y que sólo le prometió que López Obrador respaldaría un acuerdo que podía haber incluido una sentencia reducida de prisión”.
Subrayo la frase del subsecretario de Gobernación: “Al Presidente no le importa meter gente a la cárcel”.
La “verdad histriónica” de Encinas, que ahora él mismo desbarata, ha tenido consecuencias judiciales para muchos. Ha liberado culpables y encarcelado a inocentes. Ha defraudado a los padres de las víctimas y ha terminado de empantanar el pantano.
Héctor Aguilar Camín