Las elecciones de gobernador en Virginia, ganadas por los republicanos por primera vez en una década, y la cerrada competencia en New Jersey, donde Biden ganó su elección por 16 puntos, han prendido en Estados Unidos los primeros focos de alarma sobre la elección intermedia de aquel país, sobre la posible derrota de los demócratas en esas elecciones y sobre el posible regreso de Trump a la contienda presidencial en 2024. Nada menos. (NYT).
El inicio del gobierno de Biden ha sido muy bueno y muy malo. Enfrentó con decisión admirable el doble reto de la pandemia sin control y de la contracción económica, asumiendo la primera con rigor científico y la segunda con una inyección de recursos fiscales sin precedente.
Regresó el discurso de Washington a sus compromisos globales reasumiendo lideratos en temas como el cambio global y la contención de China y Rusia.
Pero tuvo una retirada desastrosa de Afganistán y ha tardado mucho en negociar en el Congreso su paquete de inversión histórica en infraestructura. Tampoco ha podido dar una respuesta eficaz al jeroglífico migratorio de su frontera sur, que adquiere por momentos los perfiles de una crisis humanitaria.
La resultante de todas esas variables es simplemente mala para el nuevo gobierno. Biden ha perdido la aprobación que tenía, nunca muy alta pero sí mayoritaria, y encuentra en el flanco demócrata resistencias y dudas.
Trump parece ir en el sentido contrario. Es el líder político indisputado del Partido Republicano, donde difícilmente se moverá una hoja del árbol electoral sin su consentimiento, rumbo a las elecciones intermedias, las cuales pueden convertirse, por interpósitos candidatos, en una especie de referendo nacional sobre el trumpismo y el no trumpismo.
Puede no haber Trump en 2024, pero habrá trumpismo. Ya esta sola perspectiva prende los focos rojos sobre la profundidad de la lección que tomó, o no tomó, el electorado estadunidense de cara a los años terribles de la presidencia de Trump, su estilo, su arbitrariedad, su megalomanía y su deslealtad a las reglas elementales de la democracia americana, llevada al borde del golpismo durante el asalto violento al Capitolio el día de la toma de posesión del nuevo presidente.
Primer aviso: Trump is back.