Política

Farsa

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Los problemas que hicieron llegar a AMLO a la Presidencia son reales y graves. Por desgracia, el gobierno (¿de verdad es gobierno?) de AMLO —que ha tenido casi todo para instrumentar un proyecto de transformación real y poner las bases de soluciones de fondo a la corrupción, la desigualdad, la pobreza— se empeña en montar farsas.

El Presidente lleva años proclamando que la corrupción es la raíz de todos los males del país y tres años gobernando sin que se conozca una política integral para combatirla; el flamígero discurso diario contra la corrupción del neoliberalismo ha dado como gran resultado un caso judicial. Uno. Que además se investigó desde antes y fuera del país. El caso de Odebrecht. Pero es tal el desfiguro de la Fiscalía que ni siquiera Emilio Lozoya está en la cárcel, y las pruebas contra 70 políticos supuestamente involucrados solo han dado para encarcelar a un senador. Investigaciones contra los cercanos (Pío, Martín, Bartlett, etc.) o no fueron iniciadas o se les exculpó con un descaro inaudito.

En vez de investigar, apoyarse en la ASF, en las organizaciones de la sociedad y de periodistas que sí investigan la corrupción, el Presidente convoca a una consulta popular para preguntarle a la población si quiere que los ex presidentes sean enjuiciados sin precisar sus delitos, pero aclarando que él no quiere que sean juzgados porque no desea venganzas. ¿Alguien entiende? La aplicación de la ley no está sujeta a la opinión de nadie y tampoco se trata de venganzas personales. En otras palabras, en lugar de una política seria contra la corrupción con el apoyo de la sociedad y de todas las instituciones del Estado, su gran idea es una consulta que no es constitucional y a cuyo resultado se opondría el Presidente. Farsa, pues.

Pero, a la SCJN le faltaron arrestos para decirle al Presidente que la consulta no iba y para congraciarse con él, inventa una pregunta cantinflesca que nunca es tomada en serio por AMLO y sus seguidores; para ellos, la consulta, aunque tiene una pregunta nueva, se trata de juzgar a los malditos ex presidentes neoliberales que López Obrador no quiere llevar a juicio. La propaganda “no oficial” de los promotores de la consulta es una foto de unos ex presidentes que por tener tachados lo ojos no podemos reconocer. Más farsa.

La gente ignora la consulta. 93 de cada 100 mexicanos se abstuvieron. Con toda razón. Ir a votar sobre una pregunta inentendible que no es la que dicen que sí es, y que el presidente que la convocó ni siquiera se molestó en ir a votar. Ah, pero la culpa es del INE. En especial de dos consejeros. Realmente ese 93 por ciento de los mexicanos estaba deseoso de ir a votar, lo único que esperaba era la invitación de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, pero estos se negaron a hacerlo. Pudieron haber hecho la diferencia, pero ¡mezquinos!, no lo hicieron. Juicio político por corruptos neoliberales. Mueran Murayama y Córdova, muera el INE. Más y pura Farsa, así con mayúsculas. De cumplirse, la convertirán en tragedia.

¿La 4T quiere combatir la corrupción o montar farsas? Me temo que lo segundo. AMLO ya anunció que ahora sí viene la consulta de verdad: la revocación. ¿Gobernar? Qué fastidio. Mejor consultar al pueblo para ver si lo aclaman de nuevo y sigue combatiendo la corrupción a su manera. Para que tiemblen las élites, como lo escribió Epigmenio, que deben de estar aterradas con farsas, perdón, consultas como la del domingo.

Guillermo Valdés Castellanos


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