El modelo económico neoclásico ha dejado en claro la trascendencia que tiene el sistema legal (derechos de propiedad; derechos humanos y sus garantías, entre otros) y el sistema de justicia, en la certeza, la cooperación, prosperidad y el desempeño económico. La justicia alternativa, particularmente la mediación (el método alterno más utilizado en México: 92% según el Censo Nacional de Impartición de justicia 2022 del INEGI), reúne los requisitos de una forma sencilla y eficiente de resolver conflictos.
Ronald Coase refiere que si las personas pudiesen negociar libremente y con bajos costos sobre situaciones conflictivas, llegarían por sí mismos a la solución más eficiente, independientemente de a quien le diera la razón la ley. Porque si hubiera un buen sistema de justicia, las personas podrían anticipar el resultado de un litigio si van a tribunales (predecible). La mediación permite que a muy bajo costo, pues no se necesita contratar un abogado y en una o dos sesiones de mediación; y no en dos años de litigio, se puede negociar o mediar, con el apoyo de un tercero imparcial y especialista en promover la buena comunicación y en gestionar los consensos. De esta forma las personas pueden llegar a soluciones mutuamente satisfactorias y preservar la relación familiar, de negocios o vecinal.
Elinor Ostrom viajó por el mundo buscando ejemplos y buenas prácticas sobre la forma en la que las personas, en problemas comunitarios de acceso a recursos colectivos, llegaban a las mejores soluciones. Sus conclusiones fueron contundentes: los mejores resultados se daban en aquellos lugares en los que la solución se daba en la propia comunidad, sin formalismos o procesos y normas inflexibles diseñadas desde el centro del país. Los procesos sencillos y flexibles liberan la creatividad de los miembros de la comunidad. De igual forma a mediación presenta estas características: es una solución voluntaria, flexible, sin formalismos (aunque apegada a la legalidad), que libera la creatividad e innovación de los protagonistas del conflicto. La mediación cambia vidas y construye ciudadanía. Cuando el mediador ha generado las condiciones de comunicación efectiva y ha definido los principales planteamientos de las partes y consulta sobre posibles soluciones, se libera el poder creativo de las personas. No hay mayor especialista en su conflicto, que quien lo padece; ni sus abogados ni el mediador conocen tan bien el problema. Las personas han dedicado noches de insomnio y jornadas de preocupación a buscar soluciones a la medida de sus necesidades.
De esta forma, la mediación brinda soluciones cooperativas, efectivas y estables (los convenios se cumplen espontáneamente en 98% de los casos); resuelve a profundidad los conflictos; es una solución rápida (una o dos sesiones de mediación: entre 3 y 16 días) y gratuita (en los centros privados los honorarios son muy moderados: 4 mil pesos; muy inferior a los honorarios de un abogado o los costos de un litigio). Por ello la justicia alternativa es efectiva y eficiente; es justicia cotidiana; son soluciones colaborativas que construyen paz y prosperidad.
Guillermo Raúl Zepeda Lecuona