Descabalgué la expresión “libros esenciales” de un poema que Borges dedicó a Ralph Waldo Emerson: “he leído los libros esenciales/y otros compuse que el oscuro olvido, no ha de borrar,/ por todo el continente anda mi nombre,/ no he vivido, quisiera ser otro hombre”. /No he vivido, quisiera ser otro hombre”. Son diez las piezas literarias que abordaré: desde la Biblia hasta el Aleph de Borges atravesando por La Divina Comedia, el Criticón de Gracián, Primero sueño, Las confesiones de San Agustín, El Cristo de Velázquez, Lis espejos de Inés Arredondo, Don Quijote y La conciencia de Zeno.
Agradezco al arquitecto Antonio Méndez Vigatá, a mi querido amigo Rodolfo Esparza y a la coordinadora del área de literatura, mi entrañable amiga Nadia Contreras.
La cita es hoy en La casa de cantera (Avenida Juárez y Colón), a partir de las siete de la tarde/noche.
Ah! Hablaré de refilón acerca de mi libro central sobre mi relación de 32 años con mi adorada Leticia. Bienvenidos.
Vaya el lugar común: la mesa está puesta y con manteles largos. Viva la literatura y su amoroso puente con nuestra circunstancia, con nuestra existencia.
Que Dios nos guarde!