Con la novedad de que el exterior no existe (ex-ex). Gil se refiere al mundo, a las fronteras de México, a sus relaciones internacionales, al mercado y sus diversos comercios, a la relación política con otros países. La reforma fiscal impulsada por Trump amenaza al país, la sexta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio se acerca como una tempestad, la agresividad de Trump aumenta y Liópez, que practica el beisbol, se ha volado la barda: “En vez de estar apostando todo al extranjero, vamos a fortalecer la economía nacional, a rescatar el campo del abandono en que se encuentra”.
Gil ha tomado estas frases de su periódico La Jornada y de una nota de Leopoldo Ramos y Érick Muñiz, para que no vayamos a empezar con aquello de los medios de comunicación de la mafia del poder. Liópez afirma y reafirma que México producirá todo lo que consume, pues “con apoyo a la producción en el campo habrá mejores salarios en ese sector. Con estas acciones el mexicano ya no tendrá que ir a buscar mejor vida a otras naciones”.
Señor Héctor Vasconcelos, usted como encargado de los asuntos de las relaciones internacionales de Morena y del gobierno de Liópez en el caso de que ganara las elecciones, usted que es un espíritu refinado, ¿podría explicarle a su jefe que lo que se propone es imposible? Ande, dígale que ni las personas ni los países pueden encerrarse, que México no podrá producir todo lo que necesita consumir, ni aunque quisiera, que el comercio internacional sí existe.
El encierro productivo
Nos encerramos y que no vengan a chantajearnos con la idea de que el mundo existe, acabo de decretar que el exterior murió: “Entonces ya no nos van a chantajear, no nos van a chantajear los gobernantes del extranjero diciéndonos ‘te vamos a hacer un muro’. Hagan todos los muros que quieran porque los mexicanos ya no vamos a ir”. De pasada, Liópez ha dicho que en el primer año de su gobierno de sueños, se crearán 400 mil empleos. “Vamos a demostrar que el pueblo mexicano y su gobierno van a actuar con honestidad, se va a acabar las corrupción”. Esto es una gran verdad, nada más de oír a Liópez, la corrupción se redujo de una forma increíble. Gil caminó sobre la duela de cedro blanco, con las manos entrelazadas en la espalda, mirándose la punta de los zapatos mientras farfullaba: ay, Dios mío, qué será de nosotros. Ya se oyen las frases clásicas: song personeros de la mafia, estáng nerviosos por eso insultang tanto. “México será ejemplo mundial porque se impulsarán las actividades productivas”. Anjá. Y no olvidemos que se venderá toda la flotilla de aviones del Estado, nomás faltaba.
Gilga tiene la impresión de que para Liópez producir en México todo lo que se consume es sembrar y cosechar para que no falte la verdura, abrir muchas granjas con gallinas que pongan huevo suficiente, criar pollos para el mole, dar facilidades a quienes pretendan poner panificadoras (el pan nunca le debe faltar a los menesterosos), que unas vacas pasten para tener leche, y ya con estos pendientes estamos armados bajo el cobijo de una economía fuerte. Lectora, lector, esto que han leído lo dice el candidato puntero que se presentará a las elecciones presidenciales. Dios de bondad. Gamés propone un ejercicio: se cierran los ojos y se dice: afuera-adentro-; de nuevo: afuera-adentro. Dicho lo cual es preciso insistir, los países deben atender afuera y adentro. La orfandad intelectual no es el menor de los defectos de Liópez. Afuera-adentro, dicho esto sin la menor intención de un albur internacional.
Versión
La misma noticia cubierta por su periódico El Universal añade un detalle que Gil no quiere pasar ni por alto ni por bajo: “El precandidato a la Presidencia, Andrés Manuel L(i)ópez Obrador, aseguró que de triunfar en las elecciones de julio, la agenda exterior ‘se irá al carajo’”. Aigoeei. Como sea, lo que sobra en el gabinete anticipado de Liópez es el secretario de Relaciones Exteriores, para que necesitamos uno si “no debemos apostar todo al extranjero”, aquí la palabra extranjero tiene un valor especial, o bien, “la agenda exterior se irá al carajo”. Señor Vasconcelos, Gil sugiere que permute su cargo con el secretario de Agricultura, con urgencia y a la brevedad. Lo dicho, donde pone un pie, Liópez provoca un lío de dimensiones interesantes.
Todo es muy raro, caracho, como diría Shakespeare: El aspecto exterior pregona muchas veces la condición interior del hombre.
Gil s’en va