Salta a la atención el anuncio de la compra de Twitter, una de las redes sociales más influyentes del mundo por parte del multimillonario Elon Musk, anuncio que suspendió días después al cuestionar el número de bots y el llamado spam.
No es mi especialidad la informática ni los sistemas computacionales, tampoco la funcionalidad técnica de las redes sociales, pero sí quizá lo que socialmente están generando estos canales de comunicación.
Se calcula que en Twitter hay por lo menos 15 % de cuentas falsas y por ende de interacciones no humanas, así lo consignan autores como Onur Varol en su obra “Interacciones en línea humano-bot: detección, estimación y caracterización”, del año 2017, lo que da una muestra de la manipulación que ha tenido esta red hacia los usuarios. Pero resalta más aún que es la propaganda el principal fin de uso, de manipulación e implementación de campañas con información controlada, que ahora los expertos han acuñado como astroturfing, con el fin de persuadir a los usuarios orgánicos. Eso es lo que hoy son las redes sociales, instrumentos de manipulación como en su momento tuvo su auge la radio, la prensa escrita y la televisión.
El investigador de la Universidad Veracruzana, Carlos Piña, expone en uno de sus artículos cómo es que este instrumento ha sido utilizado en México en temas como la pandemia covid-19. GatellOrgulloMexicano (Orgullo mexicano de Gatell) y #AMLOPresidenteDeLaSalud (Presidente de Salud de AMLO), son, según el análisis, algunas de las campañas que han sido impulsadas artificialmente, ejemplos claros de Astroturfing que "se define como el intento de crear una impresión de un movimiento de base genuino generalizado para una política, individuo o producto. Se utilizan múltiples identidades en línea y grupos de presión falsos para engañar al público haciéndole creer que la posición del astroturfer es la opinión común" (CA Piña-García & A. Espinoza (2022) Campañas coordinadas en Twitter durante la crisis sanitaria del coronavirus en México)
Esa es la tendencia virtual que estaremos presenciando en las próximas elecciones presidenciales y no lo descarten en las gubernamentales en el Estado de México. Eso es lo que se ha visto al menos en algunos momentos con programas sociales de la tarjeta rosa, del gobierno estatal o denuncias de organizaciones de Chimalhuacán y Ecatepec, por ejemplo.
Pero también estamos ante una desacreditación de las redes, para muchos también ha resultado estratégica la supuesta compra de Twitter, con el fin de desenmascarar su fisionomía.
Las redes sociales están siendo presas de la política y nosotros rehenes de ellas.
Germán Zepeda