Primero lo hizo Nuevo León, luego Coahuila, ahora la Ciudad de México; no hacer obligatoria una medida que no era obligatoria, más bien, no hacer obligatoria la recomendación obligada. Suena raro, pero así fue, porque recordemos que para las autoridades de México el uso de las mascarillas siempre fue intrascendente, una y otra vez se negó que su uso ayudara a reducir los riesgos por la pandemia, “las mascarillas o cubrebocas dan una falsa sensación de seguridad”, declaró el 3 de abril del año 2020 el responsable de la estrategia nacional, Hugo López Gatell.
Hoy se abre nuevamente un debate en torno a su desuso (solo al exterior, lugares abiertos), ahora que es total el semáforo epidémico verde. Y sí, reavivan las declaraciones sobre la medida que nadie hizo obligatoria, más que la presión social, más que la responsabilidad del ciudadano.
Bajo bases científicas, todos los países del mundo adoptaron usar mascarillas como medida adicional de prevención, México nunca lo vio así, pero al final fuimos la gente quienes la adoptamos. ¿Por qué esperar a que el gobierno nos recomiende dejarlas?, ahora toca a la sociedad conocer nuevamente la voz de los expertos para dejarla o no.
Recordemos que el cubrebocas tiene sus dos lados, lejos del beneficio preventivo sanitario, el primero es el de las ganancias que dejó a los productores, empresas y por ende la creación de miles de negocios de reventa, se generó economía para unos cuantos, por el otro, la grave contaminación que se ha generado, aunado a los desechables. Se calcula que mil 560 millones de cubrebocas terminaron en los mares, hasta el año 2020, según el reporte de la organización de conservación marina OceansAsia, sume las toneladas que están en las calles.
En el Estado de México siguen haciendo mutis, no se sabe de nuevas estrategias ni medidas para la población en materia de salud o educativas. En el primer rubro, los mexiquenses sabemos solamente que seguimos en verde, no hay restricciones de aforos en ningún sitio y mucho menos si debe cambiar algo en cuanto al cubrebocas, sigue solamente el llamado a mantenerlo como medida preventiva. Ahora que llega la Semana Santa, ¿se podrán hacer o no las procesiones o las representaciones de los viacrucis?, no se sabe, y dejan todo en manos de las autoridades eclesiásticas, por aquello de que si sale algo mal pues la responsabilidad es de ellos.
Las escuelas ya están haciendo obligatorio el regreso a clases presenciales “por instrucciones superiores”, pero a nivel secretaría no hay anuncio oficial, esa ha sido la manera en que se han conducido, dejando en total incertidumbre a los padres de familia, de llevarlos o no, de saber si es obligatorio o no, de no saber con quién quejarse y nuevamente en caso de haber algún repunte, la responsabilidad fue de los papás.
Las autoridades tienen bien puesto el cubrebocas, no se ve que digan algo, no se sabe qué van a decir o si quieren siquiera decirlo. Mientras, sigámonos cuidando, no baje la guardia y use siempre que pueda su cubrebocas.
Germán Zepeda