Sin sorpresa alguna se concretaron las alianzas electorales para contender por la gubernatura en el Estado de México. Lo que ya se sabía desde hace meses; la revancha que busca Delfina Gómez, por parte de Morena, y la apuesta con Alejandra Del Moral, por parte del PRI, PAN y PRD. Y es que no fue nada fortuito que la exsecretaria de Educación dejara ese encargo para ser encomendada a esta nueva tarea en tierras mexiquenses, tampoco que a la diputada con licencia la movieran de la dirigencia del partido del PRI directo a la secretaría de Desarrollo Social para controlar el programa top del gobierno mexiquense; el salario rosa.
Ya se sabía desde hace algunos meses que serían dos mujeres las que tendrían que encabezar, tal y como lo prevé la ley con la paridad de género con Coahuila, donde también habrá elecciones. Sin embargo, todo el jaloneo político tenía como fin alcanzar los acuerdos a los que han llegado. Primero, los que se dan a conocer a la prensa, las designaciones de las candidaturas, después, los que no se informan, los que se dan en lo interno, las plazas, los puestos, los presupuestos en caso de ganar, así es la política.
Será esta una elección de dos proyectos, la de Morena con su alianza con el PT y con el PVEM; dos partidos que suman muy poco, pero que pueden ser esa diferencia en los resultados. Por una parte, un PT que sabemos que juega al estira y afloja, a azotar la mano cuando le conviene para que después los calmen con acuerdos económicos. Y ahora un PVEM que hace seis años ganó con el PRI, con un PVEM débil pese a lo que su dirigente comunica, un PVEM más de aparador que de calle, de estructuras, un partido que simple y sencillamente busca no desaparecer.
En el otro bando, un PRD que también busca evitar la agonía, pero con un PAN que comienza a retomar credibilidad y que se apunta como la principal oposición para el 2024. Un PRI que sigue moribundo, bajo el yugo del poder presidencial, y un partido Nueva Alianza que también apuesta a no desaparecer, pues al igual que el PVEM no tienen mucho que ofrecer más que la marca.
Resta un Movimiento Ciudadano que a vista de todos ha quedado relegado, ¿en dónde está esa corriente que hizo contrapeso en la elección del 2017, aquel candidato rockero que arrebató votos a Morena en la recta final de la contienda? Mucha atención, porque podría volver a jugar ese papel tanto para un bando como para el otro.
Sea uno u otro proyecto, lo cierto es que el Estado de México tendrá por primera vez a una mujer al frente del gobierno, será un gran logro en la búsqueda de la equidad de género pero lo lamentable es que se dé solo por cumplir la ley y no por convicción partidista.
Germán Zepeda
