Mientras el sistema político en nuestro país dificulte la participación ciudadana en puestos de elección como candidaturas independientes, los partidos políticos seguirán teniendo el poder y el presupuesto. Ahora siete partidos quieren la presidencia, repartidos en dos coaliciones de tres cada uno, y un solitario que se tiene fe. Todos, aunque con su propia ideología, lo que más les importa es obtener el poder y aumentar los porcentajes de representatividad en puestos claves
Como novedad esta vez compiten dos mujeres y un hombre, que son candidatos de partidos que ya conocemos, algunos de tan vieja creación como de casi un siglo y el más reciente de hace 10 años. Tres del total ya han obtenido la presidencia, uno que es el gobierno actual. Los que compiten por recuperarla o sostenerla en una campaña que lo que sobre sale es la incongruencia de estas agrupaciones y también de sus representados.
Es así que el hecho de formar coaliciones tan dispares como las del Frente Amplio por México nos dice mucho de que es más importante conformarla para sumar más, como es el caso para el PRI de ideología de centro, del PAN de derecha y del PRD de izquierda, quienes en el pasado fueron de oposición y ahora buscan gobernar juntos. Además de la mayor incógnita que es: ¿será posible que ganen la presidencia y cómo podrán ponerse de acuerdo para tomar decisiones si su perspectiva es distinta? Y también: ¿cómo es que se dejaron llevar por la desesperación y eligieron una candidata más popular que con atributos de política de alto nivel?
Ellos han pasado por alto las incongruencias de declaraciones de su representante, quien es XóchiltGálvez, en donde en el pasado ha denostado al PRI y durante la campaña ha criticado a los gobiernos anteriores que son los que representa. Para la ideología conservadora del PAN han tratado de que no se sepa que está a favor del aborto, que no está casada y que tienen dos hijos de diferentes apellidos. Ella también ha demostrado que está muy lejos de ser como los candidatos que tuvieron anteriormente, al no ser buena oradora, no saber improvisar, ni conocer la historia de México, ni las circunstancias que actualmente vivimos.
Pero las incongruencias también se extienden en otros candidatos y en el partido Movimiento Ciudadano, que en su desesperación de escoger pronto a su representante, prefirieron elegir a un joven sin experiencia gobernando, que ha militado en cuatro partidos diferentes, como ha sido el PRI, Nueva Alianza, PRD y el actual. Además de que se dicen una nueva opción, en realidad es un partido que ya ha tenido participación a la silla presidencial como parte de la coalición: Alianza por México y Coalición por el Bien de México, que la conformaron partidos actuales PRD y PT.
En el caso de Morena, es de señalar que la incongruencia de su coalición es el haber admitido al partido más chapulín de la política mexicana, como es el verde, señalado como concesión de familia más que agrupación política. Además, algunos militantes y simpatizantes nunca comprendieron por qué se escogió a Claudia y no a Marcelo, a quienes muchos consideraban mejor opción.
Sin embargo la señora Sheinbaum, para conocedores de la política, es la que cuenta con mayores dones para la silla presidencial, entre ellos la consistencia de haber militado en dos partidos de izquierda como es el PRD y ahora Morena. Aunque hay quienes afirman que sus mayores incongruencias serán gobernando (si gana) al seguir los patrones de la actual presidente, como también no hacerlo.
A casi mitad de las campañas y que son el tema central, algunos mexicanos dicen estar cansados de lo mismo, pero otros esperan mayores novedades. El tiempo lo dirá.
