Cansados, decepcionados y muy selectivos estamos parte del público de los medios de comunicación en México porque nos hemos dado cuenta que hoy como nunca existe la guerra sucia, en donde lo que predomina es la mentira, las medias verdades y la matización de la información.
A pesar de ello, los medios, que de antemano han visto mermados sus clientes y su público por la llegada de lo digital y las redes, así como la disminución en dos tercera partes de la publicidad oficial y la difusión de las mañaneras que impiden intermediarios, siguen con el mismo tratamiento que es trasmitir mensajes parciales, según políticas de los dueños que aunque no tienen grandes ganancias, saben de los beneficios que es ser parte del cuarto poder para poder influir en la sociedad.
Desde el siglo XVI en el que los periodistas eran los pregoneros que estaban encargados de gritar las principales noticias en las plazas públicas de aquella lejana época colonial, para que con la llegada de la imprenta se transformara la información al repartir hojas volantes y casi con la independencia en 1810, el primer periódico político, El Despertador Americano. El periodismo ha tenido una historia de largos años al cobijo servil del oficialismo gubernamental y a la ausencia de objetividad.
Para muestra la segunda mitad del XX, en el que existieron verdaderos iconos coparticipes del poder, líderes de opinión que manipulaban al amparo oficialista y para beneficio propio. Porque a pesar de su vasta cultura (hablaba 9 idiomas) y gran dominio de las artes de escribir, como fue Carlos Denigri, fue el iniciador de la escuela de extorsión en nuestro país” Enrique Serna, en su libro; El vendedor del silencio.
Otros tan objetados de que fue ejemplo en su ejercicio periodístico en la siguiente frase propia: “Un periodista si ejerce su profesión con honestidad y con valentía, es un elemento indispensable de la sociedad moderna” Jacobo Zabludovsky.
La historia del cuestionamiento del debido ejercicio periodístico continuo, con el que le siguió en el micrófono como estelar en el noticiero de TELEVISA, podemos resumir en las palabras del prestigiado periodista Julio Scherer García, quien califico de “ejemplo de entrega al presidente de la república, a quien sirven y del se sirven ellos mismos” (se refería a los dos últimos en estos medios).
La situación actual es que ya no hay quien continúe estas prácticas desde esta perspectiva que tanto daño hicieron a la libertad de expresión del país, en el que había muy pocos medios y periodistas en quien tener credibilidad.
Ahora el fenómeno es viceversa, existen mayoría de medios, periodistas, columnistas que viven para atacar al gobierno actual y en especial al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. Lo hacen tan indiscriminadamente que todos los días se publican cientos de críticas con nulo o escaso fundamento y hasta con calificativos groseros.
Hoy como nunca la guerra sucia esta en muchos medios, en las redes sociales que son una muestra de la falta de valores y ética de los mexicanos de este tiempo. Que es la vergüenza de la escases imparcial de los medios, que deben servir a los ciudadanos para el bien de todos.
Podremos estar o no de acuerdo de cómo se gobierna, para eso existe el análisis imparcial, pero la guerra sucia que ahora muchos justifican por los tiempos electorales, no es más que un ejemplo de cómo se nubla la conciencia para aceptar los claroscuros que existen.
Fe erratas; El Partido Verde Ecologista de México (fundado en 1994) Y Fuerza por México (en 2019) también participan en las elecciones de Jalisco.
Gemma Medina