En Guadalajara se han vivido días de tensión y tragedia primero por la desaparición de ocho jóvenes; después al confirmar su ejecución por parte de la delincuencia que los utilizaba para trabajar en un call center para hacer llamadas telefónicas de extorsión. Por desgracia de estos seis hombres y dos mujeres (algunos eran hermanos) forman parte de la estadística que menciona a la violencia como una de las principales causas de muerte de este sector.
Del total de población en México, el 30% corresponde a jóvenes que se enfrentan todos los días a situaciones de vulnerabilidad como es el ser acechado por el crimen organizado que los prefieren muchas veces por su arrojo, energía física y ansias por vivir mejor, para inmiscuirlos en negocios ilícitos donde les prometen hacerse ricos en donde les es imposible renunciar, como ha sido el caso citado en el que por intentar retirarse fueron asesinados (señalaron funcionarios estadunidenses que conocen el caso).
Dicha situación que se vivió desde el 22 mayo, cuando se denunció de la primera desaparición de uno de ellos y después de los demás, tuvo movilizadas a las autoridades estatales y federales para tratar de ser encontrados hasta el 31 de mayo que, por desgracia, fueron sus cadáveres en bolsas que se dejaron en la barranca de un municipio de Zapopan.
La conmoción y el asombro por parte de la ciudadanía y familiares de las victimas aun continúan, al saberse de las investigaciones resientes de la fiscalía estatal, que han dicho se trata de un comportamiento de la delincuencia que está diversificando actividades y que al ejecutar a los ocho jóvenes están mandando un mensaje para quienes trabajan en este tipo de esquemas, que parece ser un estilo más identificado con las mafias que con el narcotráfico.
Estas situaciones tan lamentables de asesinatos hacia jóvenes son cada vez mas conocidas en los medios y que provengan de Jalisco, ya que el 40% de desapariciones han sido de este sector, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y que actualmente representa a una parte importante de los habitantes en edad productiva.
Es así como a nivel nacional y estatal los factores como el rezago educativo, el desempleo, la pobreza la desigualdad, han propiciado que 20.9% de nuestros jóvenes sean considerados ninis, es decir que no estudian ni trabajan (OCDE) y vivan las consecuencias negativas de no poder tener un futuro asegurado, así como la posibilidad de insertarse en actividades ilícitas llevados por la necesidad, la ambición o el engaño.
Cuando un gobierno, una sociedad como las familias no saben cómo prevenir o afrontar los problemas de una juventud que vive el acecho de todos los males, en el que lo peor que le puede pasar es no solo no tener bienestar, sino hasta perder la vida, se está demostrando el fracaso como civilización.
Mientras que para algunos los esfuerzos del actual gobierno por atender los rezagos de los jóvenes a nivel nacional, otorgando becas para ayuda a los que estudian y como aprendices de las empresas para los que son ninis, parecen un paliativo insuficiente ante la extensa población necesitada, pero que para otros son un vivo ejemplo de lo que se puede seguir haciendo por ellos.