En nuestra época de estudiantes en los años setenta, con la corriente en boga del marxismo, leímos entre otros autores a Louis Althusser, de quien aprendimos aquel viejo tema de los aparatos ideológicos del Estado, de los cuales se decía que jugaba un papel importante el aparato jurídico.
En una sociedad clasista, la justicia se ponía al servicio de la clase económicamente poderosa, según el discurso de esos tiempos con el cual nos formamos o deformamos, como quiera verse.
El caso es que con el paso del tiempo, y más allá de una determinada ideología, en la práctica hemos podido constatar que efectivamente el sistema de justicia, al menos en nuestro país, tiene cárceles llenas de inocentes o que han cometido delitos menores, pero ha sido omiso con los delincuentes de cuello blanco o criminales al amparo de ciertos círculos de poder, que se han enriquecido escandalosamente.
Los ejemplos recientes de jueces que han liberado a implicados en el caso de Ayotzinapa, son otro botón de muestra de lo que pasa con la justicia en México.
Esto viene a cuenta por la resonancia que ha tenido la renuncia del Ministro Eduardo Medina Mora, un personaje con grandes sombras en su trayectoria, que llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación al amparo de Enrique Peña Nieto. Medina Mora es un hombre cercano también a Felipe Calderón y Vicente Fox, a quienes ayudó desde la Corte al poner candados para impedir que se investigue a ex funcionarios como ellos.
Su llegada a la SCJN fue cuestionada desde diversos sectores, por considerar que incurrió en violaciones a los derechos humanos cuando ocupó cargos vinculados a la seguridad pública y porque se puso en duda su independencia por la cercanía a ciertos grupos políticos.
En su calidad de Procurador, Medina Mora clasificó investigaciones que implicaban a funcionarios en delitos relacionados con el narcotráfico y reservó pesquisas de los casos de la francesa Florence Cassez (para proteger a Genaro García Luna) y de Los Amigos de Fox, entre otros.
Todo lo planteado está documentado en investigaciones periodísticas como las que divulgó Raymundo Riva Palacio.
Otras indagaciones recientes apuntan a movimientos financieros en cuentas del ex funcionario que presuntamente lo implican en lavado de dinero. Apenas empieza el caso Medina Mora y no sabemos dónde terminará.
Lo cierto es que soplan nuevos vientos y mandan la señal de que no habrá intocables y se combatirá la impunidad. La Justicia debe aplicarse a todos.